La cuadra 9 de la Calle Real, en Huancayo (Perú), es testigo de la increíble historia de Andrea (10) y Daniela (16), que por la pandemia deben seguir su educación a distancia y por su precaria economía ellas tienen que hacerlo en la calle. Si no venden sus golosinas o no reúnen dinero con una balanza dando el peso exacto por 0.50 céntimos, no tienen para las recargas del celular, ni para comprar pañales y leche para la hija que tiene la mayor.
Un solo celular
Ayer, encontramos a Andrea M.M. (10), sentada en una banca, apoyando sus cuadernos en sus rodillas, escuchando sus clases en el único celular que tiene su familia y haciendo las tareas; mientras trabaja.
Cuando le preguntamos para qué tenía que reunir el dinero, nos dijo que era para las recargas, porque su mamita tenía que pagar la comida y el alquiler de su cuarto. A unos 30 metros de Andrea, está Daniela M.M. (16), con su hija de un año, y esta vez no entró a clases porque el celular lo usaba su hermana menor.
“Antes de la pandemia estábamos bien, ahora es difícil”, dice Brinas Meza (36), madre de 4 hijos, quien rompe en llanto y ofrece lavar nuestra ropa para ganar un poco de dinero. Andrea estudia en la I.E. San Francisco y Daniela en el colegio Cocharcas. Cualquier ayuda a esta familia pueden comunicarse al 977822222.