Dicen que nuestros seres queridos nos protegen e iluminan desde el más allá. Y esto lo saben muy bien los pobladores de Chongos Bajo, Huancayo.
Cada 3 de noviembre, desde tempranas horas del día, los pobladores de este lugar alistan a sus seres queridos que partieron hace mucho tiempo atrás, pero que conviven con ellos gracias a que sus cráneos son cuidados y velados en sus propias casas los 365 días del año. Y en esta fecha tan especial son llevados al cementerio del distrito en donde les realizan una misa comunal.
A esta costumbre ancestral se le conoce como TULLUPAMPAY que significa "hueso enterrado".