En medio de un acelerado crecimiento poblacional, Marabamba, conocida como la ciudad satélite, se enfrenta a una grave falta de agua que pone en riesgo la calidad de vida de sus habitantes. A pesar de la llegada de nuevos vecinos que construyen sus viviendas de material noble, el servicio de agua no ha logrado mantenerse al ritmo de la demanda.

Actualmente, una cisterna de 10 metros cúbicos abastece de agua a la población una vez a la semana, los martes. Sin embargo, esta precaria solución es insuficiente para satisfacer las necesidades de una población que supera los 7 mil habitantes.

La municipalidad provincial de Huánuco provee de agua a la ciudad satélite, pero la cantidad suministrada solo alcanza para abastecer a aproximadamente 200 familias.

Ante esta situación, muchos pobladores se ven obligados a recurrir al consumo de agua de acequia, poniendo en riesgo su salud y bienestar. La alcaldesa Candy Rucoba Moreno ha informado que el suministro de agua a través de cisternas es gestionado por el alcalde Antonio Jara, quien realiza los pagos a Seda Huánuco.

En un esfuerzo por mejorar la situación, se espera que en los próximos días Seda Huánuco envíe otra cisterna para abastecer de agua a zonas como Chancadora, Casuarinas Baja-Intermedia, Pillco Mozo y las Terrazas de Marabamba.

Sin embargo, el problema también afecta a localidades cercanas como Pichipampa, donde la dotación de agua mediante cisternas solo se realiza una vez por semana, los miércoles, resultando en un consumo mayoritario el agua turbia de riego.