Movidos por la fe hacia el Señor Crucificado de Chincha, cientos de personas llegados desde distintos lugares de la ciudad acompañaron el inicio de la festividad religiosa. Ayer, minutos antes de las siete de la mañana, las campanas de la iglesia Santo Domingo de Guzmán anunciaron la solemne misa que antecede a uno de los hechos más esperados por los devotos en esta época del año: la tradicional Bajada del Señor Crucificado.
Este año el padre José María Huapaya fue el encargado de presidir la misa que contó con la presencia de autoridades locales y un gran número de pobladores chinchanos. Mientras la homilía se desarrollaba, un grupo de la comunidad católica, entre los que figuran los regidores de la provincia Óscar Velit y Roberto La Rosa, esperaban las campanadas para proceder con el descenso de la sagrada imagen.
TRADICIÓN. Al promediar las 8 de la mañana, la población colmada de fe presenció cómo el Señor Crucificado abandonó su lugar de descanso y era trasladado hacia los pies del altar mayor. Hombres y mujeres formaron largas filas para poder acercarse al patrón chinchano. En esta parte de la fiesta religiosa, que se conoce como la veneración de la sagrada imagen, se permite a los devotos tener contacto con el Señor Crucificado. Esto es aprovechado por miles de fieles que provienen de las zonas rurales y urbanas de los distritos de la provincia para poder reencontrarse con el Cristo crucificado. Los alumnos de diversas instituciones educativas, estudiantes de institutos y universidades también se alinean en las largas colas para llegar hacia el altar mayor. Después de las 5y30 p. m. la sagrada imagen fue colocada en sus andas a la espera de la procesión.
Pero, antes del recorrido, se deberán cumplir nueve días de novena y, al llegar al 14 de octubre, los fieles tendrán la oportunidad de escuchar la misa solemne de vísperas, la cual es presidida por el monseñor Héctor Vera Colona. Finalmente, el Señor Crucificado de Chincha empezará con la procesión el día 15 de octubre a las 8:30 p. m., cuando se abran las puertas de la iglesia Santo Domingo de Guzmán.