​Pacientes COVID-19 se recuperan en albergue de Guadalupe
​Pacientes COVID-19 se recuperan en albergue de Guadalupe

En abril, el distrito de Salas Guadalupe reportaba un contagiado por el mortal COVID-19 cada dos o tres días. Para el siguiente mes, el número de infectados creció de forma preocupante que el alcalde distrital, Juan Carlos Quijandría Lavarello empezó a analizar la posibilidad de abrir un albergue.

La próxima apertura de un espacio de aislamiento para personas con síntomas leves o asintomáticos generó el rechazo de la población guadalupana que incluso a llegó a protestar quemando llantas en las calles.

El diálogo y la sensibilización emprendida permitió que se instale el primer albergue de la provincia de Ica, en el Cetpro Virgen de Guadalupe, ubicado en el kilómetro 293 de la Panamericana Sur con una capacidad hasta para 100 personas.

TESTIMONIOS DE PACIENTES RECUPERADOS

Cuando se declaró la emergencia sanitaria, el centro de salud del distrito guadalupano inició el trabajo de vacunación a los adultos mayores, considerado los más vulnerables al virus de Wuhan. El grupo lo integraba la enfermera técnica Emma GG de 60 años.

“Estaba saliendo a vacunar porque conozco a los adultos mayores apoyando a las enfermeras del centro de salud de Guadalupe. No sé en qué contraje la enfermedad. Íbamos bien protegidos con mamelucos y doble mascarilla”, dice Emma.

Ella que labora en el área del adulto mayor del municipio guadalupano, fue parte del primer grupo de 25 contagiados que ingresaron al albergue para seguir el tratamiento. Era una paciente asintomática.

El tratamiento del primer grupo duró tres semanas y todos se recuperaron. Ninguno presentó síntomas a la enfermedad y el aislamiento evitó que sus familiares se contagien. No fue necesario ni tomar medicinas.

Hace una semana, Emma GG ha vuelto a sus labores de apoyo en la vacunación de los adultos del neumococo y la influenza. “Uno ya es inmune al virus pero siempre tiene que cuidarse”, relata.

Olga Campos Gonzáles (52) estaba tomando otras pastillas pensando que tenía resfrío. La fiebre, el dolor de los pulmones no pasaban. Se realizó una prueba rápida y salió negativo. Cuando ya no podría respirar volvió a someterse a similar prueba y dio positivo.

“Mis hijos se pusieron tristes y me fui al albergue para no contagiar a mi familia”, dice Olga que estuvo aislada por 20 días y acaba de salir hace unos días atrás y recomienda no recibir visitas, por que ella cree que contrajo esta enfermedad por una visitar familiar que también dio positivo al virus.

MONITOREO DE PROFESIONALES DE SALUD

Según la jefa del centro de salud de Guadalupe, Evelyn Vásquez Bernaola los pacientes del albergue tienen una enfermera las 24 horas días que les realiza dos evaluaciones diarias. Ademés de un biólogo y un médico.

“Los pacientes son asintomáticos o tienen sintomatología leve. Si tienen alguna complicación se le desplaza con ambulancia Hospital Regional”, dice y añade que era urgente abrir un albergue, ya que que muchos de ellos por la pobreza extrema y la necesidad de que no tenían dónde pasar la cuarentena y otros por solventar sus gastos de alimentación, salían a las calles y se expandía la enfermedad.

Hace poco han ingresado a albergue, 32 personas que esperan salir victoriosos del mal.

APOYO PRIVADO

La alimentación fue importante dentro del proceso de recuperación de los infectados del albergue. El Comité Sur integrado por varias empresas agrícolas desde la apertura del albergue han venido entregando desayuno, almuerzo y cena.

“Lo principal es la alimentación. Es el gasto más caro y nos está apoyando el Comité Sur”, dice el alcalde Quijandría Lavarello y añade que el espacio de aislamiento cuenta con dos televisores y juegos para que se distraigan.

“En el primer grupo, 25 salieron sin ningún problema. Ahora otro grupo de 33 han ingresado y es probable que se siga incrementándose”, dijo el alcalde. Ayer se conoció el Comité Sur empezó a entregar 50 porciones de alimentos por los nuevos ingresos al albergue.

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