Acuña y las obras

En el cálido distrito de Santiago de Cao, la figura de Oscar Acuña es perfectamente conocida. Sobre todo en los últimos años, cuando se convirtió en una especie de patrón de muchos en la zona. En realidad, el hermano de César Acuña se trasladaba por todo el valle ascopano como un hombre de poder.

La expansión política de Alianza Para el Progreso le dio al hermano del líder de esta agrupación ese estatus. Era conocido como empresario, y ciertas obras públicas de la zona lo tenían a él como el rostro visible. Así lo decían muchos en Santiago de Cao y lugares aledaños, entre los años 2013 y 2014 de manera especial.

Pero no solo ellos. Algunos apepistas, incluso autoridades políticas, también se empezaron a quejar del poder repentino y hasta invasivo de Oscar Acuña. Decían, por ejemplo, que el hermano del líder de APP parecía estar por encima de dirigentes y autoridades, como si su apellido y su sangre -y también la plata- le diera el mayorazgo del valle.

Ahora, la cuestionada obra de remodelación de la plaza mayor de Moche lo ha traído por estos lares. Oscar Acuña está muy vinculado a la empresa ganadora de este proyecto, Roguemi SAC; es más, hay más de un indicio de que le pertenece o por lo menos la maneja.

César Acuña, su familia y sus adláteres suelen gritar a los cuatro vientos que no necesitan entrar en la danza de la corrupción porque tienen, para empezar, plata como cancha proveniente de su actividad privada. Pero los hechos permiten poner en duda esa aseveración.

Hace cuatro años, desde este diario investigamos la ligazón de un puñado de empresas constructoras que se adjudicaron obras en las municipalidades gobernadas por apepistas, entre ellas La Esperanza y Víctor Larco. Los prósperos empresarios de esas constructoras trabajaban en la universidad de Acuña, estaban ligados a su partido político y, encima, compartían domicilios fiscales. Demasiadas coincidencias en medio de ganancias por millones.

Ahora es la empresa vinculada al hermano que contrata con una municipalidad cuyo alcalde apepista -con investigaciones pendientes por presunta corrupción- está por despedirse de la comuna. Son los rastros que alimentan las sospechas de todos.