Chérrepe, playa de la provincia de Chepén, donde aún se practica la pesca artesanal en caballitos de totora, fue un antiguo cacicazgo mochica cuya deidad fue Chequetec, un ídolo antropomorfo con forma de ave, tallado en piedra. El cacique Pedro Chérrepe fue la autoridad durante la colonia. A su linaje se debe el nombre de esta caleta cuyo cacique fundador y organizador fue Chámac. Se dice que, tras su muerte, Wiracocha encargó a Waira, dios del viento, esculpir su figura en un cerro. Hoy, al pie de la carretera lo podemos divisar.

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Se cuenta que durante el incanato la playa fue visitada por Túpac Inca Yupanqui y sus ejércitos, hecho que es posible, pues el monarca inca luego de conquistar los reinos del norte, emprendió su regreso al Cuzco por la ruta de la costa hasta Pachacamac, debiendo usar el Qhapaq Ñan costeño que pasa cerca.

Narra la historia que las pampas de Chérrepe fueron inmensos campos de cultivo y bosques de algarrobos con un impresionante sistema de riego construido con tecnología mochica. Esto se corrobora por la presencia de vestigios de canales, acequias y wachaques que testimonian su existencia. En la desembocadura del río Chamán, aguas arriba, encontramos una cantera de sal de gran pureza, utilizada por los antiguos y actuales pobladores para salar el pescado y otros usos.

Durante la colonia, tras el emergente desarrollo de la floreciente villa de Saña, Chérrepe se constituye como el puerto natural de esa ciudad fundada con el nombre de Santiago de Miraflores. Una cruz se yergue donde estuvo el asentamiento hispano.

En aquella época llegaban los galeones desde África trayendo esclavos negros para Saña y regresaban a la madre patria llevando riquezas de esta parte del Perú. En 1580 desembarca el pirata Sir Francis Drake intentando invadir Saña. No lo logró por la presencia de la flota española que puso en huida al súbdito inglés. Una de sus fragatas encalló frente a los barrancos de Chérrepe.

En 1595, desde allí partió la flota del afamado navegante Alvaro de Mendaña, primer explorador europeo que cruzó el Pacífico sur en busca del supuesto gran continente meridional. En ese viaje descubrió el archipiélago de Las Marquesas, arribando luego a Manila (Filipinas).

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El apogeo de Saña duró hasta fines del siglo XVII y también el de Chérrepe. La mayor parte de la población de la villa pasó a vivir a Lambayeque luego del saqueo del pirata flamenco Eduardo Davis el 14 de marzo de 1686. Davis permaneció siete días robando templos y casas. A esta calamidad siguió, 34 años más tarde, otra mayor: la inundación del 15 de marzo de 1720, determinando la completa ruina de Saña.

Nuestra región posee muchos lugares llenos de historia que faltan ser promocionados a los viajeros. Chérrepe, “histórica playa norteña”, es uno de ellos.

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