Mucho se rumorea en la tienda del movimiento del alcalde de Trujillo, Elidio Espinoza, sobre el resquebrajamiento de las relaciones políticas con los miembros oficialista del concejo provincial. Se habla sobre la supuesta celada al regidor Luis Sánchez y el descontento de dos autoridades más por las decisiones del gerente Ismael Iglesias. De ahí el viejo dicho: cuando el río suena…

Pero salgamos de las especulaciones del jirón Pizarro para adentrarnos a lo que está ocurriendo en la administración elidista. Precisamente, todos se preguntan, ¿qué está pasando con la nueva gestión? Respuesta que, inmediatamente, nos regresa a las promesas de campaña que, básicamente, constaban de dos ideas: fin a la corrupción y el regreso de la seguridad ciudadana. ¿Se vienen cumpliendo?

Sobre el primer punto. No hay cero corrupción mientras no se haya demostrado y corregido con papel en mano los supuestos actos o prácticas ilegales de la gestión pasada. En caso me equivoque, Elidio Espinoza tiene un problema de comunicación con la gente que lo eligió y no está trasmitiendo la imagen que se ganó en campaña.

Más bien, el burgomaestre está construyendo una fachada de improvisación con el excesivo cambio de funcionarios, entre gerentes y subgerentes; además de no tener reflejos políticos al percibir que algunos regidores de su bancada discrepan con las nuevas costumbres gerenciales. Eso, simplemente, denota un desorden al interno y refleja la falta de liderazgo en el grupo. Se nota la vacante.

Sobre el segundo punto. Del retorno de la seguridad en las calles estamos tan distanciados que aún no se avizora un horizonte. Estamos cada vez más lejos de volver a ser la ciudad apacible de antaño. De eso no tiene la culpa el coronel en retiro. Sería irresponsable de mi parte lanzarle la pelota. La culpa la tiene la gente por creer que esto es posible con solo tener un policía de alcalde. Ilusos.

Además, métanse en la cabeza que es la Policía, como institución, la encargada de velar por la tranquilidad en las calles. ¡No el cuerpo de Seguridad Ciudadana! Así que lo único que puede hacer la gestión elidista es invertir en infraestructura y tecnología (cámaras de vigilancia y sala de monitoreo de última generación).

Por el bien de la ciudad, el actual gobierno local debe despegar de una buena vez, no vaya a ser que el río se desborde y las piedras maten ese idilio de la población con el alcalde que eligieron para los próximos cuatro años. Como dicen ahora los chicos de Internet: ¡Éxitos!

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