El hacinamiento es un problema latente que se replica en todos los centros penitenciarios de la zona norte del país.
Este, a su vez, genera una serie de necesidades, como la falta de personal, logísitica e infraestructura, que aún siguen en espera de ser atendidas por las autoridades, lo que convierte a los penales en una bomba de tiempo.
LA LIBERTAD. El establecimiento penitenciario El Milagro, situado en la provincia de Trujillo, alberga actualmente a 5,156 internos, cuando solo fue diseñado para acoger a una población de 1,440.
El director de este reclusorio, Milton Guevara Mendoza, informó que el penal presenta un 220% de hacinamiento.
La sobrepoblación es el principal problema en este recinto, ya que podría desencadenar en grescas o la reyerta de los internos, así como el contagio de enfermedades.
En tal sentido, se conoció que en el penal liberteño existen un total de 116 internos que padecen de tuberculosis.
En tal sentido, el funcionario informó que el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) tiene planificado construir 4 nuevos módulos para paliar esta crítica situación.
Milton Guevara comentó también que se encuentran instalando un equipo de rayos X en la puerta de ingreso al penal, ya que semanalmente sorprenden a 3 o 4 visitantes intentando ingresar con objetos prohibidos (drogas, chips de celular).
Se estima que este moderno sistema entrará en operatividad para finales de octubre.
Respecto a los nuevos bloqueadores (instalados en enero de este año), el director de El Milagro informó que al monitorear la operatividad de los equipos han corroborado que estos estarían cumpliendo con su función, pues las llamadas extorsivas desde el penal se han reducido.
“Nosotros hacemos nuestra investigación de campo para detectar y neutralizar cualquier acción delictiva de algún interno, y hasta el momento no se ha detectado ninguna llamada extorsiva”, expresó el funcionario.
TUMBES. En el penal de Tumbes prevalece la sobrepoblación y el hacinamiento. Hasta 16 internos duermen en una celda de 8 metros cuadrados en el penal de Puerto Pizarro, celda que fue diseñada para 4 personas.
Este penal fue construido para albergar a una población de 380 personas, entre hombres y mujeres. Sin embargo, en la actualidad habitan 1,098 presos en cinco pabellones.
Otra de las deficiencias es que el tópico carece de personal, pues solo cuentan con un médico y tres enfermeras y la infraestructura es reducida, por lo que constantemente los reclusos tienen que ser llevados al hospital regional.
De otro lado, se conoció que de 1,098 internos, solo el 40% está cumpliendo una sentencia, y el 60% tiene mandato de prisión preventiva, que muchas veces son prolongadas por la demora en las investigaciones.
Uno de los problemas preocupantes es la carencia de bloqueadores de señal de telefonía móvil, lo que facilita las extorsiones desde el penal. Según el Inpe, este problema será solucionado a más tardar en enero de 2019 con la instalación de 5 bloqueadores.
Cabe mencionar que 160 extranjeros se encuentran recluidos en este penal, 131 son colombianos, 22 ecuatorianos, tres venezolanos, un vietnamita, un holandés, uno de República Checa y un mexicano.
Del total de 1,098 reclusos, 69 son mujeres y 1,029 son hombres. La mayoría de personas están involucradas por los delitos de tráfico ilícito de drogas, robo agravado, violación sexual y omisión a la asistencia familiar.
PIURA. La región Piura cuenta con dos penales de varones y mujeres, ubicados en el caserío Miraflores, en el distrito de Castilla, y en la provincia de Sullana, respectivamente.
Al igual que en la mayoría de regiones del país, la situación de dichos establecimientos están hacinados por la gran cantidad de población penitenciaria. Además, la falta de bloqueadores para celulares les ha permitido a los presidiarios continuar con sus actos delictivos mediante llamadas extorsivas, mensajes a través de Facebook, WhatsApp y la descarada venta de droga en el recinto.
Actualmente, el penal de Sullana alberga alrededor de 130 mujeres, de acuerdo a la versión de las agentes del Instituto Penitenciario (Inpe). La carencia más resaltante es la falta de espacio.
En similar situación se encuentran los reclusos del penal ex-Río Seco, quienes deben compartir con hasta 25 personas más una celda.
La falta de equipos de logística, sumada a la corrupción de algunos agentes del Inpe, han convertido el penal de Piura en un local para el fácil ingreso de droga y celulares.
Al respecto,el director del establecimiento, Alfaro Amador Bellodas, ha deslindado la responsabilidad de sus agentes en el ingreso de materiales o productos ilegales, pese a que hace pocos meses se vio en un vídeo como los reclusos preparaban los “ketes” de droga en las celdas.
Actualmente, el recinto alberga a 3,016 personas, cuando fue construido para una capacidad de mil internos.
Pese a las promesas, hasta la fecha el Ministerio de Justicia no ha destinado el presupuesto para la instalación de cámaras y bloqueadores de celulares, por lo que no se podría decir que la delincuencia se ha reducido con los criminales tras las rejas.
LAMBAYEQUE. Según la unidad de estadística del Institución Nacional Penitenciario (Inpe), existe una sobrepoblación de 256% en el penal de Chiclayo.
El estudio registra que hasta mayo del presente año hay un promedio de 4,070 presos en dicho centro penal, cuando fue creado para 1,100 internos. Este es uno de los principales problemas que presenta el penal.
El jefe de la zona norte del Inpe, Juan Herrera Chávez, manifestó que aproximadamente 600 internos de las diferentes celdas fueron distribuidos a otros espacios del penal para reducir el hacinamiento que existe.
“En los ambientes del segundo piso se desarrollarán los talleres productivos y los pabellones del primer piso quedarán libres y funcionarán como nuevas celdas para unos 600 internos”, explicó.
El funcionario comentó que se requiere la autorización de la población para poder habilitar pabellones. Sin embargo, la licencia social es importante, por ello se van a retomar las conversaciones para que esto se pueda lograr.
El jefe de la zona norte del Inpe precisó que cuentan con 10 bloqueadores, que fueron instalados hace menos de 4 años, pero que se están registrando con una serie de deficiencias y los equipos funcionan en un 60% a 70%.
No obstante, puntualizó que se está a la espera de la renovación a cargo de la empresa Prisontec. Debido a estas deficiencias, en las diversas requisas que se han registrado en el penal se han decomisado teléfonos celulares.
Tal como Correo lo ha publicado en sus informes anteriores, los reos publican fotografías desde sus celdas y hacen llamadas vía WhassApp a través de equipos celulares, para extorsionar a sus víctimas en complicidad con otros hampones.
Según agentes del penal, otra de las carencias son las pocas medicinas que hay en el tópico, así como personal médico. Además, se necesita material logístico en las celdas, tal como son las camas, frazadas y otros utensilios.
ÁNCASH. De lejos, el mayor problema que afrontan los centros penitenciarios de Áncash es el hacinamiento.
Según los reportes del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), hasta mediados de 2018 el penal Víctor Pérez Liendo, ubicado en la provincia de Huaraz, albergaba a 1,376 reclusos, pese a que la capacidad de dicha cárcel solo es de 598 internos. Esto representa una sobrepoblación de 130%.
No obstante, el mayor problema se registra en el centro penitenciario de Cambio Puente, ubicado en el distrito de Chimbote. Esta cárcel fue construida para albergar solamente a 920 reclusos, pero -según el reciente reporte- ha llegado a tener 3,045 internos, lo que representa una sobrepoblación de 231%.
Vale indicar que en el penal de Chimbote 2,913 reclusos son varones y solo 132 son mujeres. También es importante resaltar que 2,207 internos ya cuentan con sentencia y 838 son procesados.
En la cárcel de la costa de Áncash los delitos en los cuales se encuentran implicados los reclusos son robo agravado (903), tráfico de drogas (303), violación sexual contra menores de edad (214), tenencia ilegal de armas (204), entre otros.
En anteriores declaraciones, el director del penal de Cambio Puente, Luis Martell Bernal, calificó la situación del centro penitenciario como un “hacinamiento total” y sostuvo que, pese a esta situación, todavía no existían proyectos de ampliación o remodelación.
El problema del hacinamiento también ha desencadenado el incremento de casos de tuberculosis. Los más de 50 reclusos detectados con esta enfermedad han sido asignados a un pabellón especial mientras culminan su tratamiento.
Otro problema está referido a las deficiencias al momento de realizar el control de objetos prohibidos al penal, teniendo en cuenta que últimas requisas se han encontrado importante cantidad de celulares.