Como cada año,  celebra su aniversario y la fiesta patronal de la virgen de Alta Gracia, festejo que mezcla la fe y la cultura de un pueblo andino.

La devoción a la virgen de la Alta Gracia no escatima edad, condición social ni color de piel, es una tradición ancestral que se nutre cada día y que se hace evidente durante 3 días al año, tiempo en el que se vive en medio de la oración y la chicha de jora.

La muchedumbre se desborda y colma las calles para participar de esta grandiosa expresión popular de cultura y fe, siendo el paso de los danzantes lo más vistoso de esta festividad.

Semejante jolgorio congrega a residentes y visitantes, que se mezclan para disfrutar en hermandad de esta celebración.

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