Un voraz incendio a causa de un cortocircuito consumió por completo el segundo piso de una tradicional casona ubicada en las intersecciones de los jirones Gamarra e Independencia, a tan solo una cuadra de la Plaza de Armas de Trujillo.
EL INICIO. El fuego se inició al promediar las 2:15 de la tarde de ayer producto de un cortocircuito, según los trabajadores, y dejó prácticamente inhabitable la vivienda, debido al material con el que está construida.
La quincha, la madera, el barro y la falta de agua fueron determinantes para que las lenguas de fuego se propagaran por toda la segunda planta con rapidez.
Los trabajadores de los diferentes locales que funcionan en el primer piso de la casona se encontraban laborando con normalidad, cuando de pronto, según cuentan, los focos se apagaron de un momento a otro y minutos después comenzó el fuego en el segundo piso.
“RESPONSABLES”. Marión Saldaña, hija del propietario de la óptica que funcionaba en el primero piso, manifestó que la empresa Pacosa (concesionaria de Hidrandina) estaba realizando trabajos de mantenimiento en la calle y sus obreros habrían originado el incidente.
“El cortocircuito se inició en una de las habitaciones del hotel en el segundo piso. Ese cortocircuito lo han ocasionado los trabajos de mantenimiento que realiza Pacosa y hasta ahora no se han acercado a decir algo. Las pérdidas en mis dos locales al menos son de 50 mil dólares en cada uno”, señaló.
RESCATE. Muy alarmados por lo que ocurría, algunas trabajadoras de la farmacia ubicada en el primer piso lograron sacar cajas con medicamentos, en tanto los empleados de la cafetería, el restaurante y las ópticas ya no pudieron retirar nada y solo cerraron las puertas de sus locales para evitar saqueos.
Los bomberos llegaron a los pocos minutos, pero el fuego continuaba extendiéndose a lo largo de toda la segunda planta.
Fue necesaria la presencia de más de cuatro cisternas para sofocar las llamaradas que amenazaban con llegar al restaurante donde tenían dos balones de gas.
Después de más de tres horas de trabajo, los hombres de rojo lograron apagar el fuego.
La representante de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de La Libertad, María Córdova Burga, manifestó que el inmueble no podrá ser habitado y tendrá que ser demolido debido a que el agua utilizada por los bomberos debilitó las paredes.
Los moradores del lugar le reclamaron al alcalde de Trujillo, Elidio Espinoza Quispe, la falta de hidrantes en las esquinas, que hubieran podido ayudar con la sofocación inmediata del fuego.