Escrito por: Alonso Gordillo
Que las celebraciones por el día de la Canción Criolla, Halloween, el Día de Todos los Santos y otras festividades no terminen en una película de terror, ni mucho menos en decesos de personas inocentes. Irresponsables continúan haciendo caso omiso a las normas de bioseguridad y siguen saliendo de sus casas para tomar licor y bailar (Dios quiera no sea con la muerte) en medio de la pandemia llamada coronavirus, que, según los especialistas de la salud, tendría una segunda ola de contagios y, una vez más, haría colapsar los hospitales de la región.
OPERATIVOS. La Policía Nacional del Perú, el Ejército Peruano y serenos de las diferentes municipalidades de la región montaron diversos operativos para vigilar que se respeten las normas del estado de emergencia decretadas por el Gobierno. Durante su patrullaje, intervinieron a más de 200 personas que decidieron salir de sus hogares para divertirse, ya sea en campeonatos de fulbito, quinceañeros u otras reuniones sociales.
La noche del sábado, en el distrito de La Esperanza, fueron encontradas más de 100 personas que se divertían en una fiesta clandestina por Halloween. En su mayoría fueron menores de edad los que estaban sin mascarillas y libando licor, sin temor a contagiarse del Covid-19.
En los sectores de la II etapa de la urbanización Manuel Arévalo y Nuevo Jerusalén, de la jurisdicción esperancina, los agentes del orden ingresaron a una casa en donde se festejaba una fiesta con música y luces sicodélicas. En esta reunión se encontraron a 30 jóvenes, en su mayoría menores de 17 años, quienes no respetaban el distanciamiento social y en todo momento ponían en riesgo su salud.
La irresponsabilidad no solo viene por parte de los más jóvenes, quienes por su edad buscan la diversión y creen que el peligro no está presente. Hay padres que también ponen en riesgo a sus familias, tal como ocurrió en el sector Licapa, en el distrito de Paiján, en Ascope. Ahí se intervino un quinceañero con 23 invitados.
En la provincia de Virú, asimismo, la Policía intervino a más de 20 personas que participaban de una fiesta infantil. Los agentes, al ingresar a la vivienda en donde se desarrollaba la reunión, no solo encontraron a menores jugando sin mascarillas, también hubo adultos tomando cerveza.
En la provincia de Otuzco, en tanto, agentes de seguridad ciudadana no permitieron que se realice un campeonato de fulbito que se promocionó por redes sociales. Los infractores, al ver que los uniformados llegaban, escaparon con dirección a los cerros aledaños y dejaron abandonadas varias cajas de cerveza, así como parlantes del equipo de sonido.
CAMPOSANTOS. En el Día de Todos los Santos, trujillanos también vulneraron las prohibiciones y visitaron a sus difuntos. Correo recorrió los cementerios Mampuesto, en el límite entre El Porvenir y Florencia de Mora, y La Vida No Vale Nada, en el asentamiento humano Túpac Amaru de El Porvenir. Ahí, varias familias acudieron a dejar ramos de flores a sus seres queridos.
En La Vida No Vale Nada, incluso, un grupo de personas contrató una banda de músicos para recordar a su pariente. Sin embargo, soldados los retiraron del lugar.
PELIGRO LATENTE. “Es lamentable lo que estamos viendo en la población, que está que hace su vida como si nada pasara. Creo que el haberse controlado un poco la pandemia hace que muchos descuiden las medidas de protección. Hay que tener en claro que el coronavirus es una pandemia que circula con algunos picos de rebrote como los que ya estamos viendo en Europa. Esto está ocurriendo acá y desde que se estabilizó el tema de contagios y muertes la ciudadanía comenzó a realizar su vida normalmente y dejó de cuidarse; por el contrario todo lo recomendado lo dejó de lado y ahora es muy fácil ver que muchas personas dejaron de usar sus mascarillas y de llevar su alcohol para desinfectar sus manos”, sostuvo Ana María Burga Vera, jefa de Epidemiología de la Gerencia de Salud.
De llegar un nuevo rebrote, el sistema de salud volvería a colapsar y el número de muertos sería más de lo que hasta el momento se ha registrado. “Por lo que estamos viendo que está sucediendo en Europa vemos que los picos son aún más altos que la primera. Esto quiere decir que nosotros estaríamos en la misma situación si es que la gente no aprende la lección de cuidarse. Una vez más vamos a observar el sistema de salud colapsado y con grandes colas en los hospitales y en las plantas de oxígeno para conseguir uno y así poder salvarle la vida a sus familiares”, sostuvo.
Para finalizar, recomendó continuar acatando las normas de bioseguridad.