Tras el paso devastador del sexto huaico que afecto la ciudad de Trujillo y principalmente los distritos de El Porvenir y Víctor Larco, las calles del centro histórico de la ciudad amanecieron totalmente llenas de lodo y agua acumulada.
Desde muy temprano cientos de trujillanos llegaron hasta el centro de Trujillo para dirigirse a sus centros de labor y otros puntos y tuvieron que embarrarse los zapatos con el lodo pues las vías son intransitables después de la caída de la quebrada San Ildefonso.
Los vehículos de transporte público tuvieron que salir de su ruta habitual, e incluso pasar por algunas calles del centro de Trujillo, con la finalidad de dejar los más cerca posible de su destino a los pasajeros.
Cabe precisar que el tránsito de micros y combis es muy escaso, por lo que los pasajeros esperan hasta media hora para conseguir una unidad que los lleve de regreso a sus viviendas. Los taxistas aprovechan esta situación para incrementar el precio de los traslados.