Está claro que Pedro Castillo necesita el respaldo tanto de los gobernadores como de los alcaldes del país.  (Foto: Presidencia)
Está claro que Pedro Castillo necesita el respaldo tanto de los gobernadores como de los alcaldes del país. (Foto: Presidencia)

Los gobernadores regionales y los alcaldes del país se reunirán en los próximos días de este mes con el presidente Pedro Castillo. Este mismo lo anunció cuando asumió la presidencia, como parte del estilo de gobierno que dijo implantará. Pues ese momento ha llegado, y sobre las autoridades regionales y locales recae también hoy, en estas circunstancias, una gran responsabilidad y oportunidad para ayudar a lograr una mejor orientación del actual gobierno, que no ha empezado precisamente de modo auspicioso y ha activado más bien las alarmas en ciertos sectores.

Está claro que Pedro Castillo necesita el respaldo tanto de los gobernadores como de los alcaldes del país. Castillo tiene a un Congreso que mayoritariamente le es adverso, y más allá del partido Perú Libre, sus aliados o quienes podrían configurarse en sus aliados le suman escasos votos. En el ámbito político en general, es decir fuera del Congreso, así como en la opinión pública, tampoco veo a Castillo con mucho respaldo que digamos: en estos primeros días ha recibido una crítica férrea (y justificada en muchos casos). El llamado establishment lo rechaza, y en las calles limeñas cada semana hay una marcha en su contra, incluso arriando la bandera de la vacancia presidencial. En este escenario complicado para Castillo y su gobierno, sin tregua alguna, los gobernadores y alcaldes pueden ser un bálsamo en medio de la agitación, y una suerte de aliado.

Castillo lo debe saber: necesita tener a los gobernadores y alcaldes de su lado. Y las autoridades de regiones quieren que el Ejecutivo los apoye. ¿De qué modo? Pues el apoyo que las autoridades regionales y locales esperan siempre se resume en más plata, ni más ni menos. Es algo lógico y conveniente para las gestiones, pero también trae advertencias incluidas. Como este diario lo ha revelado este último fin de semana, al menos en La Libertad nuestras autoridades siguen mostrando de manera general dificultades para ejecutar su presupuesto en inversiones. Ellos siempre quieren más dinero, pero no siempre gastan de modo eficiente.

Las críticas a Castillo han sido en muchos casos fundamentadas estos primeros días. Sobre todo por la falta de meritocracia en las designaciones dentro del aparato estatal, así como en el sectarismo partidario que se advierte en estos primeros pasos. Los gobernadores y los alcaldes, aprovechando las expectativas que el mandatario tiene sobre ellos, bien podrían aprovechar para pronunciarse en relación a estas críticas y a la necesidad de orientar mejor su gestión. Podrían recordarle a Pedro Castillo que una de sus primeras invocaciones al asumir la presidencia apuntó justamente a la unión y al trabajo conjunto de los peruanos, y que sus primeras decisiones han tenido más bien un efecto contrario.

Espero, particularmente, que el gobernador Manuel Llempén y los alcaldes de la región sean conscientes de la importancia de esa primera reunión con el mandatario. Aprovéchenla en bien de todo el país.

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