Un grupo de transportistas se dio cuenta que hacer “carreras” a las casas de citas era buen negocio. De pronto una idea nació entre vasos de cerveza y música del grupo Néctar: crear una ruta especial para llevar a hombres deseosos de pasar un momento de placer.
Es ahí que “Don Saul”, como llamaremos a nuestro colaborador, junto a 19 compañeros de la “Empresa de Transporte Amigos Unidos”, que en la actualidad tienen cerca de 40 años en las calles trujillanas, inician esta aventura. Esta ruta hacia el placer también la llaman “la línea roja”. Y es que el color rojo intenso de sus unidades es uno de sus sellos personales.
TODA UNA TRADICIÓN. A “Don Saul” lo encontramos en la avenida Mansiche. Zona ya establecida por estos conductores que parten luego de “llenar” sus autos de varones deseosos de iniciar la aventura. Su vehículo, un Dodge del 75 es el encargado de llevar a estos afanosos hombres a El Milagro, lugar donde se ubica el viejo y conocido burdel.
“Mi padre me heredó este auto y, como aún funciona, para qué cambiarlo”, dice mientras ingresa a su auto.
Y son justo estos autos de los años 70 y 60 los encargados de trasladar a sus clientes frecuentes.
EN CAMINO. Ya dentro del auto, lo primero que se puede observar es una radio digital que reproduce una canción del grupo “Armonía 10”. Tal vez el único objeto moderno que tiene en su reliquia vehicular.
Una vez encendido el motor inicia el viaje, y con ello, las historias y aventuras.
“Personalmente cuando llevo a mis pasajeros no me gusta hablar mucho, pero como empiezan a contar sus historias no hay cómo evitarlo”, explica “Don Saul”
Cuenta que si tuviera que recalcar uno de los momentos más incómodos que vive día a día es cuando las personas les gritan: “¡pajeros!”, “autos chongueros”. “Es algo que no me agrada”, dice.
Pero muy aparte de lo desagradable, también nos comenta una que otra historia humorística.
Narra que cierto día, un par de años atrás, un señor de unos 80 años llegó a su auto. Junto a él se encontraban cuatro jóvenes cuyas edades sumadas igualaban la del anciano. Al ver la presencia del adulto mayor, lo festejaron. “Yo me sorprendí cuando lo vi. Me acuerdo que cuando le preguntaba si aún se sentía vigoroso él contestó: ‘aún tengo para rato’”, menciona sonriente nuestro amigo conductor.
DESTINO FINAL. Son 20 minutos lo que demora llegar desde la avenida Mansiche hasta el centro poblado El Milagro. Veinte minutos de convivencia. Son muchas las historias, pero pocas las resaltantes. “Don Saul” nos dice que estamos a cinco minutos del destino y nos explica que nuestra cámara debe ser apagada.
“Acá la gente es muy recelosa. Si los ven pueden haber problemas. Debemos cuidar el trabajo porque esta zona es privada”, nos dice. Es así como finaliza este recorrido. Y mientras vemos cómo se aleja el auto color rojo, vemos cómo jóvenes disimuladamente ingresan uno a uno a estos autos, mientras se despiden tranquilos de su momento de alegría.