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Escrito por Alan Benites
La entrega de víveres que ejecutó la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) en favor de personas afectadas por la emergencia, ante la epidemia del Covid-19, sigue en la mira de la Contraloría General de la República.
El órgano de control detectó que la comuna entregó canastas que contenían productos distintos y de menor precio a los que había comprado a sus proveedores, lo que afectó a los beneficiarios y a las arcas ediles.
DETALLES
Según el Informe de Control Concurrente N° 012-2020-OCl/0424-SCC, del 21 de mayo último, inspectores verificaron la “adquisición y distribución de productos de primera necesidad a los hogares vulnerables en el marco de la emergencia sanitaria por el Covid-19”.
El documento, que fue remitido al alcalde Daniel Marcelo, da cuenta de que “se realizó la entrega de 1,500 canastas básicas familiares a la población con un producto diferente al ofertado por los proveedores y aceptado por la entidad; lo que podría afectar los principios de legalidad, integridad, eficiencia y eficacia que deben regir en toda contratación pública”.
Según las especificaciones técnicas de la contratación, se debió comprar 6,000 latas de filete de caballa en aceite vegetal, por lo que la subgerente de Abastecimiento, Diana Lezcano Pereda, entre el 7 y 8 de abril, solicitó la cotización “urgente de los productos” a los gerentes generales de las empresas Grupo VISAMA E.I.R.L (Víctor Saavedra Manosalva), Grupo ANSA S.A.C. (Ángel Saavedra Manosalva) y Corporación Empresarial ZASOJARI S.A.C (Johnny Vega Zavaleta).
Zasajori fue a única que ofertó filete de caballa y notificó que vendería 1,500 latas de esa conserva por S/5,325; es decir, a S/3,55 cada unidad.
Grupo ANSA S.A.C. y Grupo VISAMA E.I.R.L, en tanto, ofertaron latas de filete de atún. La primera compañía vendió 1,500 latas por S/ 7,350 (S/4.90 la unidad), mientras que la segunda vendió 3,000 filetes por S/ 12,480 (S/ 4,16 la unidad).
No obstante, la Contraloría advirtió que estas dos últimas proveedoras “incumplieron con la entrega del producto ofrecido en sus cotizaciones, al entregar conserva de filete de caballa y no conserva de filete de atún, lo que género la entrega de 1,500 canastas a los beneficiarios de la ciudad de Trujillo con un producto diferente a lo acordado por parte de la entidad y dichos proveedores”.
El órgano de control también cuestionó que “el informe técnico, legal y el acuerdo de concejo que aprueba la contratación directa de los bienes que conforman la canasta básica familiar no se ajustan a la descripción establecida por el Órgano Supervisor de las Contrataciones del Estado (Osce), lo que podría afectar la transparencia y legalidad de los actos de la entidad ante la emergencia por el Covid-19”.
La comuna sustentó que hizo compras directas de víveres por la emergencia sanitaria que atraviesa el país, cuando lo correcto, según el órgano de control, era consignar que se adquirieron productos por el “acontecimiento catastrófico” que ocurre en el Perú.
Otra observación es que el municipio “no ha regularizado” la documentación referida a las compras; es decir, no ha consignado los contratos y sus requisitos, pese a que debió hacerlo 10 días hábiles después del 10 de abril, que recibió los productos.
FALTÓ PESO
La entrega de víveres que hizo el municipio de Trujillo ya ha estado en el ‘ojo de la tormenta’. El 15 de abril, la Contraloría reveló que las canastas que iban a entregar a personas de escasos recursos tenían menos peso del que habían prometido.
En esa oportunidad, se detectó que bolsas con avena y menestras que iban a entregarse a 50 beneficiarios tenían un faltante que de entre 50 y 200 gramos.
Ante ello, la comuna, a través de un comunicado, indicó que sancionarían al proveedor y devolverían los productos. Esta deficiencia, días después, fue superada y los alimentos, entregados a los trujillanos.
