Walter Peña coloca los guantes de entrenamiento a sus dos gallos. Él y su compañero se ponen de acuerdo y sueltan a las aves. Al caer se embisten y chocan sus picos tratando de medir fuerzas. La batalla empieza y con ello el aleteo. Los golpes suenan como un abanico que truena de vez en cuando con la pared.
“Ya guarda que solo es un entrenamiento, ahorita le picotea el ojo”, dice Walter a los pocos segundos y separa a los gallos que jadeantes se buscan con la mirada. Pero así como estas dos aves, son cerca de 70 las que tiene Walter en su criadero de gallos de pelea ubicada en Santa Elena, distrito de la provincia de Virú.
TRADICIÓN. ¿Pero cómo nace esta afición por los gallos de pelea en la región? La historia de los también llamados gladiadores de pico y plumas nació hace más de 2500 años en la India. Luego fue llevada a China. De ahí, cuentan los historiadores que esta cultura se trasladó a Roma para el entretenimiento de los soldados y posteriormente fue llevada por los españoles a América.
“Trujillo es un lugar donde esta tradición viene desde los virreyes que se ubicaron en estas zonas. Hay libros en España que cuentan historias de cómo sus gallos pelearon acá”, dice Heber Muñoz, experto en la cultura de gallos y productor del programa “Gallos fuego en el ruedo”
PELEA EN EL RUEDO. Muñoz nos explica también que no solo basta con tener un gallo y alimentarlo para empezar el mundo de los gallos. Según comenta, para tener una buena ave, el criador mira las cualidades del ejemplar. “La selección está basada en tu criadero o galpón”, manifiesta.
Ya en el torneo, indica, una vez que el gallo está en la arena o ruedo hay reglas a seguir. Por ejemplo, la duración de una batalla es de 8 minutos como máximo. Asimismo, el peso de las aves ayuda a clasificar con quién será el enfrentamiento.
“Hay un premio que es el ‘pollón’, que es el pozo (apuesta) que se hace para todos los ganadores que logren que sus aves venzan en 45 segundos a sus contrincantes. Todos los que pactan esta jugada participan ahí”, dice el experto, quien reveló que el “pollón” puede valer entre 500 a 30 mil soles, depende del torneo.
PASIÓN POR ENTRENAR. Para Walter Peña, también fundador y primer presidente de la Asociación de Criadores de Gallos de Pico y Espuelas de La Libertad, este más que ser un trabajo es una pasión.
El criar gallos lo heredó de su familia. La primera vez que vio enfrentar a dos gallos supo que iba a luchar para tener su propio criadero y lo logró. “Para uno empezar a criar gallos se debe buscar buen criadero que tenga gallos competidores para negociar las compras de sus herederos. El monto de inversión ya es de acuerdo a las posibilidades de cada uno. Hay personas que han invertido hasta 30 mil dólares pero no hay límite”, indicó el experto que, actualmente, tiene un terreno exclusivo para la crianza de sus 70 aves.
La crianza no es sencilla. Walter nos revela que desde pequeño vacuna a sus aves de batalla. Cada vacuna vale aproximadamente 20 soles, sin contar las pastilas que les da para que foralezcan su cuerpo y hagan la mudanza de plumas. “Es importante vacunarlos antes de los quince días. Cada uno como criador tiene su formulas. Por ejemplo, yo los suelto en el campo hasta que regresen casi pollos-gallos. Emplumados”, recomienda.
DEFIENDEN SU CULTURA. Finalmente, al consultarle a estos dos amantes de los gallos, qué opinaban sobre los protectores de animales que los acusaban de incentivar la violencia animal, estos expresaron: “A un gallo no le des de comer dos días y antes de soltarlo coloca comida, una gallina y un gallo. Tu cuando lo sueltes, el gallo va ir de frente a pelear, porque es su instinto y naturaleza. Nosotros lo que hacemos es seguir esta tradición. Respetamos a las personas que tienen otro punto de vista, pero pienso que hay que mantener las culturas heredadas y pedimos que respeten eso”.


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