La noche del último miércoles, una intensa precipitación asustó a muchos vecinos que de inmediato recordaron los terribles episodios de marzo de 2017, cuando se activaron tres quebradas de la ciudad e inundaron varios distritos.
La noche del último miércoles, una intensa precipitación asustó a muchos vecinos que de inmediato recordaron los terribles episodios de marzo de 2017, cuando se activaron tres quebradas de la ciudad e inundaron varios distritos.

La intensa lluvia que cayó la noche del miércoles en varios sectores de trajo a la memoria de muchos el aguacero del 14 de marzo de 2017, originado por El Niño costero y que terminó de activar la quebrada San Ildefonso y la posterior inundación del centro histórico de la ciudad y algunos distritos de la capital liberteña.

VER MÁS: COVID-19: Vacunación en la región La Libertad avanza a paso de tortuga

Fuerte susto

El Centro de Operaciones de Emergencia Regional (Coer) La Libertad informó ayer que la lluvia del miércoles se inició aproximadamente a las 9:50 de la noche y aunque no duró más de diez minutos, se registró un acumulado de 1.7 litros de agua por metro cuadrado en el distrito de Laredo y hasta de tres litros por metro cuadrado en “algunos sectores de Trujillo”.

En Huanchaco, otro distrito que se inundó en marzo de 2017 por la activación de la quebrada de León, hubo un acumulado de 0.6 litros de agua por metro cuadrado, añadió el Coer, según reportes del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) del Perú.

Apenas empezó la lluvia, miles de personas comenzaron a usar sus redes sociales para informar, algunas con temor, que el agua se estaba empozando en muchos sectores de la ciudad. “Qué susto”, publicó la usuaria Adela Ruiz, mientras que Elizabeth RV comentó: “En la urbanización La Noria fueron los 20 minutos más intensos de lluvia torrencial”.

En diálogo con este Diario, el especialista Carlos Bocanegra García dijo que de haber durado la lluvia de ayer unos 30 minutos –como ocurrió en marzo de 2017– existían altas posibilidades de que la ciudad vuelva a inundarse. “Estuve muy asustado. Dije que si esto continúa, probablemente nos inundamos”, comentó.

Según el también docente en la Escuela de Pesquería de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), el 14 de marzo de 2017 hubo un acumulado de hasta 15 litros por metro cuadrado, pero llovió al menos media hora y en días anteriores también se desarrollaron otras precipitaciones, aunque de menor intensidad.

Para el biólogo pesquero, Trujillo necesita de una lluvia de 10 litros por metro cuadrado para que las quebradas comiencen a activarse, se rebalsen y posteriormente inunden la ciudad.

“Los datos históricos que tenemos nos dicen que llegar a diez [litros por metro cuadrado] ya es generar un problema de acumulación de aguas en las pistas de la ciudad, en las terrazas. [...] De llegar a quince, sería desastroso”, enfatizó.

Razones

Ayer durante todo el día también se produjeron algunas lluvias en Trujillo; sin embargo, ninguna fue tan fuerte como la del miércoles por la noche. Carlos Bocanegra explicó que estas precipitaciones no obedecen a una probable presencia de El Niño costero, sino que se trata de “lluvias de trasvase”.

“Según las imágenes satelitales, esto ya estaba pronosticado. Se trata de nubes que provienen de la selva y la sierra y que son trasladadas por los vientos. Va a depender de la velocidad y la dirección de los vientos para ver hacia dónde van las nubes. Cuando llegan a la costa, ahí precipitan. En El Niño, las nubes se forman en la costa, no en la sierra ni en la selva. Por eso es que las lluvias aquella vez fueron permanentes”, indicó Bocanegra.

El especialista enfatizó que si no hay vientos o estos se detienen, no hay traslado de las nubes y estas no llegan a todo el litoral. “¿Por qué cesó la lluvia ayer (miércoles)? Muy simple: son los vientos y la dirección los que trasladan las nubes”, subrayó.

Respecto a por qué la lluvia del miércoles no se presentó en todo Trujillo, Bocanegra García afirmó que en la capital liberteña se han formado “microclimas”. “Podemos vivir en zonas contiguas, pero no en todas va a llover porque Trujillo está lleno de microclimas. [...] Por ejemplo, en La Esperanza tenemos unos cerros que protegen a este distrito, lo que no pasa en el centro de la ciudad [de Trujillo]”, sostuvo.

Expuestos

Pese a que han pasado más de cinco años de las últimas inundaciones que han sufrido los distritos de El Porvenir, Florencia de Mora, La Esperanza, Huanchaco, Víctor Larco Herrera y el mismo Trujillo por las fuertes lluvias de El Niño costero que activaron las quebradas de San Ildefonso, San Carlos y León, el Estado hasta la fecha no ha sido capaz de iniciar los trabajos de solución integral en estos tres puntos de la capital liberteña. Mientras esta situación no se intervenga, la ciudad seguirá expuesta a inundarse.

“Las lluvias son un aviso de lo que puede venir en el futuro. Tenemos una oportunidad única de terminar las obras integrales de protección a la población en las quebradas y el río Moche. Si desaprovechamos eso, el fenómeno de El Niño va a volver y seguirá devastando”, declaró ayer el vicegobernador regional, Ever Cadenillas Coronel.

Aunque la autoridad regional afirmó que en mayo comenzará la construcción de los diques de retención en las quebradas, para reducir o contener el impacto del agua y que esta fluya con menos velocidad, admitió que le preocupa que haya cierta oposición para que se desarrollen los trabajos de solución integral.

“Hay un claro interés de algunos para que esto no avance, pero es una oportunidad única que no se puede perder.”, agregó.

En San Ildefonso y San Carlos, la intención es que las aguas sean desviadas hacia el río Moche y luego estas desemboquen en el mar, mientras que en la quebrada de León las aguas se desviarían por la zona de los totorales antes de que lleguen al Pacífico.