Han transcurrido 21 días luego de aquel 19 de marzo, cuando cayó el el último de los siete huaicos que sufrió la ciudad de Trujillo, producto del desborde de la quebrada San Ildefonso, y a la fecha, algunas calles aún lucen con restos de polvo, basura y sacos de arena.
CALLES EMPOLVADAS. Aquella tarde de abril, el cielo nublado y el estruendo de los truenos hacía presagiar que algo muy catastrófico estaba por venir. Al promediar las 12:30 del mediodía comenzó a deslizarse la avalancha de lodo, piedras y basura que traía consigo el gran desastre, trayendo abajo cientos de viviendas y dejando sucias y agrietadas las pistas y veredas de la ciudad.
Aunque las autoridades locales sacaron buena parte del lodo; esto no fue suficiente, pues aún se aprecian muchas vías con grandes cantidades de arena, que con el paso de los vehículos desencadenan una inmensa polvareda.
Por citar algunas calles, la avenida América a la altura del óvalo Papal aún luce llena de polvo y las pistas presentan grandes baches. Otro punto es la avenida Miraflores y parte de la avenida España que también está rodeada de polvo.
En definitiva, este desastre, que regresa después de 19 años, ha dejado en Trujillo innumerables pérdidas que hasta ahora no se pueden cuantificar.
El más perjudicado sin duda es el ámbito económico, debido a la ruptura de grandes obras de infraestructura como las vías de comunicación, así como las viviendas que quedaron en la nada tras el desborde.
ECONOMÍA EN DECLIVE. Al respecto, el electo decano del Colegio de Economistas de La Libertad, Alejandro Inga Durango, informó que para este año La Libertad tenía proyectado un crecimiento anual del 4%, sin embargo debido a la magnitud de los desastres solo crecerá un 2.9%.
“Para La Libertad se proyectaba un crecimiento de 4% anual, ahora esta cifra se reducirá tan igual como está pasando a nivel nacional. Estamos hablando de que solo crecería un 2.9%. Definitivamente este porcentaje queda ahí porque la reconstrucción de todo lo que se ha perdido es un proceso largo que va a ser los próximos 2 o 3 años siguientes, entonces las pérdidas ya están dadas”, explicó.
El especialista agrega además que la infraestructura vial ha sido la más golpeada y la que ha generado muchas pérdidas en los alimentos y otros grupos de producción.
“La infraestructura vial se ha afectado, la infraestructura urbana también, pero la vial no ha permitido el traslado de los bienes y servicios de los centros de producción hacia los mercados, y esto ha generado pérdidas para los productores mismos, como también para los ciudadanos que son los consumidores y son los que han tenido que pagar mayores precios o generar un proceso de escasez de los productos”, señaló.
Ahora bien, para que Trujillo pueda volver a donde estaba, deberán pasar al menos 2 años, según lo que detalla Inga Durango.
“Solo en infraestructura se pueden tomar entre 2 a 3 años y todas las obras de prevención que se tienen que hacer para enfrentar niños futuros porque esto ha sido una negligencia por parte de las autoridades de no haber hecho todas las obras de producción que no hubieran permitido lo que se ha generado”, indicó.
DAÑOS PSICOLÓGICOS. El desatre no solo trajo consigo daños materiales, sino también daños emocionales que según los especialistas se verán reflejados en adelante con cuadros de estrés y violencia.
Sobre el particular, el decano del Colegio de Psicólogos de La Libertad, Jorge Solari Canaval, precisa que estos efectos se deben a las pérdidas en viviendas y puestos de trabajo en muchos de los damnificados.
“Algunas familias han perdido sus viviendas, pero otros familiares directos e indirectos y otros se han quedado sin trabajo, y eso inevitablemente provoca estrés y una serie de reacciones psicosomáticas que van a contribuir a incrementar la demanda en los hospitales y la atención psicológica. De hecho, en zonas de refugio ya se está empezando a ver discusiones, peleas, cierto nivel de violencia y en zonas residenciales ya estamos enterados de que la delincuencia, en lugares donde no se daba, ya está empezando a aumentar”, detalló.
Frente a estos problemas que afectan no solo a adultos, sino también a niños en etapa escolar y ancianos, generará una serie de dificultades, por lo que desde este sector se recomienda un trabajo conjunto de coordinación con las autoridades regionales para brindar evaluación psicológica a los damnificados y afectados.
Para los escolares se plantea una evaluación especial para evitar deserción, violencia, cuadros de distracción y desconcentración en los temas escolares.
En tanto, respecto al tema de la limpieza, el personal del Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo (Segat) está realizando jornadas de limpieza en diferentes horarios a fin de culminar en el centro histórico.
De otro lado, el sistema de agua potable aún no se ha reestablecido en su totalidad y se espera que a partir de esta semana ya se esté abasteciendo con normalidad a las zonas que no cuentan con el líquido elemento.