Volver al pasado
Volver al pasado

Soy un viajero peruano del tiempo. Vengo del pasado, del año 1995, del 21 de octubre de 1995, para ser más preciso. En abril Alberto Fujimori había sido reelecto como presidente del Perú, la gente lo aprobaba, su gobierno había derrotado al terrorismo y ya nadie se acordaba del autogolpe, pues hasta la economía sonreía con mejores cifras desde que se hicieron los ajustes dictados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Y ahora estoy aquí, veinte años después. No puedo creer lo que ven mis ojos a través de esas pantallas que emulan la realidad misma. Me siento sorprendido de cómo en cierta medida el tiempo parece estancarse o repetirse en el Perú.

Es una ironía que me hace dudar de si estoy soñando o no, pero del tiempo en que vengo, la noticia política más importante eran las revelaciones en torno al expresidente Alan García. Desde la investigación del magistrado Hugo Sivina a la cuenta cifrada en Barcklys Bank del Gran Caimán a nombre de un tal Zanatti, sindicado como socio de García, hasta eso de la fundación Rayos de Sol en el principado de Liechtstein, en el que se supone oculta su dinero el expresidente, todo apuntaba a él.

Pero antes de llegar a este 21 de octubre del 2015, acudí al 21 de octubre del año 2005, cuando todas las tropelías de Fujimori y su socio Montesinos ya eran de público conocimiento. Y pasmado descubrí lo que nunca imaginábamos en 1995, de donde provengo. Corrupción, muerte, vladivideos, todo un paquetazo de escándalo que nos aguardaba apenas unos años después, quién lo diría. Montesinos ya estaba preso y era juzgado, pero Fujimori aún estaba fuera, pese al pedido de extradición ya en vigencia.

Ahora, en este 2015, insisto: lo que veo me produce una mezcla de sensaciones. Este futuro que nos aguarda, veinte años después, me resulta indescriptible.

No sé cómo van a tomar esto mis compatriotas, aquellos a los que le pueda contar esto. No sé cómo tomarán el hecho de saber que Alan García, el reo contumaz de la justicia peruana, volvió años después y no solo llegó a ser presidente, sino que nuevamente es un candidato con relativas posibilidades. Tampoco sé cómo tomarán el hecho de saber todo lo que encierra el fujimorismo, y todo lo que verán de él en los años siguientes. No sé cómo tomarán el hecho de saber que, incluso después de eso, su hija es la candidata con más fuerza, y eso por el recuerdo de su padre, el mismo que ha terminado preso.