Estuvo libando licor con enamorada, festejando la llegada de la Navidad. Desconocidos lo visitaron en plena calle.
Estuvo libando licor con enamorada, festejando la llegada de la Navidad. Desconocidos lo visitaron en plena calle.

Un joven de 17 años fue asesinado de dos balazos en el tórax, por desconocidos cuando celebraba, junto a sus amistades, la llegada de la Navidad en el distrito de . Sus familiares creen que su pareja, mayor de edad, estaría involucrada en el crimen que ya investiga la Policía Nacional.

DETALLES

Recibió la Navidad muy alegre y acompañado de su enamorada, una mujer mayor de edad cuya identidad ya maneja la Policía Nacional, pero jamás pensó que serían las últimas horas de su vida. El adolescente de iniciales E.S.P.S. (17), fue victimado en el cruce de las calles Lindon Jhonson y Roma, del populoso distrito leonardino.

Su madre Mercedes Salambay Flores (38) reveló que la enamorada de su hijo le dijo a un familiar que “temprano lo vayan recoger”, interpretando con estas palabras que anunciaron su muerte.

Ella llegó a la Morgue de Chiclayo, para agilizar el proceso de necropsia y darle cristiana sepultura.

Los agentes de la comisaría de Atusparía fueron alertados que desconocidos le dispararon al menor de edad y se dieron a la fuga, dejándolo tirado en el cruce de las citadas calles donde murió en el acto. “Los vecinos dicen que escucharon dos estruendos y pensaban que eran cohetones o explosivos por la Navidad. Cuando salieron a la calle observaron al cuerpo del muchacho ensangrentado y a dos personas que fugaban corriendo del lugar”, dijeron los vecinos de la zona.

De inmediato, al lugar llegaron peritos de Criminalística y personal de Homicidios de la División de Investigación Criminal, quienes desarrollaron las diligencias de levantamiento del cadáver y su internamiento en la Morgue de Chiclayo.

Trascendió que la necropsia al cuerpo del menor de edad será practicada en las próximas horas, aunque de acuerdo a los protocolos que tiene el Ministerio Público, estas diligencias podría reprogramarse hasta 36 horas.

Los peritos de criminalística analizan el calibre de las balas con la cual cegaron la vida del adolescente.