Un grupo de vecinos del distrito de Pimentel arremetió contra el alcalde provincial de Chiclayo, , cuando este se retiraba de la institución educativa N° 10014 San Martín de Porres.

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Algunos ciudadanos, con pancartas en la mano, llegaron hasta los exteriores de dicho plantel al conocer que ahí se encontraban autoridades reunidas. Pero al notar la presencia de Gasco y de los periodistas, los manifestantes comenzaron a  gritar que “Pimentel está destruido” y que no se debería “apoyar a la corrupción”.

Pese a que el burgomaestre había empezado a responder las preguntas de la prensa, los moradores continuaron expresando sus quejas y demandaron que “se vayan los corruptos y el alcalde”.

Consultada sobre los motivos del reclamo, una ciudadana indicó que en Pimentel las obras de calles y colegios están paralizadas y que hay corrupción.

En un momento de calma, el burgomaestre señaló que las críticas a su gestión están dirigidas por  “opositores del odio y de la nada”, y que el municipio viene demostrando las obras realizadas hasta la fecha.

“Son regidores que no han aportado a la ciudad, y que tienen  colegios que han sido demandados por hacinar a sus alumnos, estoy hablando del regidor Piana”, indicó.

También agregó que “la prensa solo repite lo que dice gente que sí es corrupta”.

De otro lado, negó conocer o mantener nexos con la fiscal anticorrupción, Karim Ninaquispe Gil, quien tiene a su cargo la investigación por el contrato con la empresa Veolia.

“Ella tiene demandas contra mí y creen que es mi amiga.  Eso solo está en el ideario de gente perversa como el regidor Piana, vayan a ver cómo están sus colegios”, cuestionó.

Y no se quedó ahí, pues respecto a la situación de la ciudad, declaró que “después de 40 años se tiene un cambio en Chiclayo y eso gracias al trabajo coordinado entre la Policía y el Serenazgo” y que hay mayor seguridad.

Sobre la coyuntura política, el burgomaestre dijo no apoyar una vacancia presidencial, porque eso generará desgobierno y más inestabilidad política. Indicó que el presidente Pedro Castillo y el Congreso deben llegar a un punto de conciliación, para sacar adelante más obras por el bien de la población.