Día de la Tierra: Los cuatro animales que desaparecieron en los últimos 15 años en América Latina
Día de la Tierra: Los cuatro animales que desaparecieron en los últimos 15 años en América Latina

En 1922 la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el 22 de abril como el que tiene como finalidad preservar las especies que son afectadas por el impacto ambiental que es generado por los seres humanos en el planeta.

En esta fecha recordaremos las cuatro especies que han desaparecido en los últimos quince años en América Latina debido a los constantes cambios climáticos provocados por la contaminación ambiental.

El guacamayo azul

Esta hermosa especie de aves, que muchos reconocerán de la película animada "Río", se extinguió en el año 2000, en Brasil, debido a la deforestación de su entorno y la cacería masiva por ser aves exóticas, según reveló un estudio de la organización Bird Life en septiembre de 2018.

Si bien esta especie ya no puede ser vista en su hábitat natural, aún quedan entre 60 y 80 guacamayos azules que sobreviven en cautiverio.

La tortuga gigante de Pinta

En 2012 el último ejemplar de esta especie murió en las islas Galápagos en Ecuador. Se le conocía como el solitario George.

Su extinción se debió a la desmedida cacería que existió para comer su carne y comerciar su caparazón. Fue durante la época de los piratas y bucaneros del siglo XVIII que se descubrió que las tortugas podían sobrevivir en la bodega de un barco por varios meses sin comida o agua.

El sapo dorado

Esta especie se extinguió debido al calentamiento global ya que para poder reproducirse necesitaban cierto nivel de humedad, pero debido a los cambios climáticos su hábitat fue alterado y no se volvieron a reproducir nunca más.

El sapo dorado vivía en las charcas del bosque nuboso Monteverde en Costa Rica, las cuales se secaron al cambio drástico de temperatura en la zona. La última vez que se avizoró a este anfibio fue en 1989.

La foca monja del Caribe

Este mamífero marino se declaró extinto en 2008. Su hábitat natural solían ser las corrientes del Golfo de México. Su desaparición se debió a causas humanas, según informó la Administración Nacional Atmosférica Oceánica.