Simbolismo e historia tras la legendaria indumentaria papal (INFOGRAFÍA)

Aunque esté rodeado de las más altas autoridades eclesiásticas, el papa Francisco siempre resalta entre los demás. Destaca, claro, por sus ademanes, las bendiciones que ofrece, el carisma que siempre lo acompaña; pero también por su vestimenta, aquella que lo identifica como el primado de la Iglesia católica en todo el mundo.

Aquella sotana blanca, el traje que vestía cuando descendió del avión que lo trajo ayer al Perú es, por ejemplo, una de las indumentarias que más lo caracteriza.

Dicho hábito es aquel que el Sumo Pontífice utiliza en la mayoría de sus presentaciones públicas, específicamente en los actos ordinarios.

Además de la sotana -también llamada piano, en honor al papa Pío IX-, el Vicario de Cristo lleva un solideo, el pequeño gorro redondo que se coloca en la parte posterior de la cabeza. Su nombre deriva del latín “soli Deo” (solo Dios), y quienes lo usan se lo retiran solo “ante Dios”; es decir, ante la eucaristía o durante las misas que celebran.

El solideo también es blanco, color que simboliza la pureza y que lo distingue de los que utilizan los cardenales (rojo) y los obispos (violeta).

SÍMBOLOS RELIGIOSOS

Pero, sin duda, uno de los elementos más importantes es el anillo del pescador, el que todos los papas reciben al inicio de su pontificado y que los caracteriza como sucesores de San Pedro.

Aunque Francisco recibió el aro que se fabricó para Pablo VI, Jorge Mario Bergoglio suele utilizar el mismo anillo que llevaba cuando era el arzobispo de Buenos Aires.

MISAS SOLEMNES

Uno de los accesorios más característicos es la mitra, el sombrero alto con dos bandas que cuelgan por detrás y que va sobre el solideo.

Los sumos pontífices, en estas ocasiones, también llevan un alba, que es un lienzo blanco que se asemeja a la sotana, y sobre ella lleva la casulla, cuyo color puede variar de acuerdo con la fiesta o fecha que se conmemora.

Sobre la casulla va el palio, la faja circular que posa sobre los hombros y que es elaborada con lana blanca. Tiene cinco cruces de seda de color negro o rojo, las que además llevan tres clavos, que recuerdan la pasión de Cristo.

Durante las liturgias, como no podía ser de otra manera, lleva el anillo del pescador, pero también porta la férula, aquel báculo que es muy similar al que llevan los obispos, pero que termina en una esfera de metal precioso, una cruz o un crucifijo, símbolo de su labor pastoral.