Un reencuentro con la naturaleza marina a solo 5 soles
Un reencuentro con la naturaleza marina a solo 5 soles

Dicen que los bellos momentos de la vida no tienen precio pero aquí, en la bahía de Ilo, cuestan 5 soles. Eso es lo cobran los transportistas que prestan el servicio de paseo en bote que constituye una de las experiencias más hermosas e inolvidables para los visitantes.

Son alrededor de 80 botes a motor que han formado la Asociación de Transporte Acuático “Las Loberas”, los cuales se dedican más de 30 años a este negocio, partiendo desde el monumental e histórico Muelle Fiscal de Ilo.

Participar en la excursión tiene un costo único para niños y adultos de 5 soles. José Véliz, uno de estos emprendedores, comenta que este mes han aumentado los visitantes a través de delegaciones escolares de diferentes regiones, turistas chilenos, bolivianos y visitantes del interior del Perú.

Desde muy temprano se alistan las herramientas de trabajo que son estos pequeños navíos que transportan entre 15 a 25 personas. Cuentan con todos los implementos de seguridad como extintor, chalecos de salvavidas y botiquín de primeros auxilios. Conforme van llegando las personas se acomodan en el bote, se colocan su chaleco y luego se da el zarpe.

LA PARTIDA. Una vez en el mar se siente el contaco con la brisa y la sal. Al mismo tiempo se disfruta observando las rudas faenas de pesca en el Desembarcadero Pesquero Artesanal.

Durante el trayecto los lobos marinos acompañan a la embarcación o se escabullen entre las olas para dejarse ver solo en las boyas. Enormes, aunque perezosos, los lobos parecen retozar y abren de rato en rato sus enormes bocas. Sin embargo al estar bajo el agua es cuando muestran su verdadera habilidad capturando peces que luego engullirán como recompensa a su esfuerzo.

Una diversidad de aves marinas como pelícanos, zarcillos, cormoranes, guanayes y gaviotas, sobrevuelan por entre los aparejos de las naves pesqueras buscando su alimento. Sus graznidos permite diferenciarlos y son parte del entorno ecológico de esta bahía.

Una fotografía por aquí, un selfie por allá y todos disfrutan y plasman para la posteridad este paseo que recordarán siempre o quizás se animarán en querer volver con sus parejas e hijos. 

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