Escrito por: Eddyn Nole
Clanes de la droga de Colombia y Perú habrían tomado algunos sectores de la frontera con Ecuador, en la provincia de Ayabaca, para operar y comercializar cientos de kilos de clorhidrato de cocaína y otros estupefacientes, valorizadas en cientos de millones de dólares. La droga la envían a Europa.
ORGANIZACIONES. Según las investigaciones y seguimiento que realizó la Policía de la Dirección Antidrogas (Dirandro) de Lima, un clan de narcotraficantes peruanos y colombianos, había instalado su centro de operaciones en el centro poblado de Romolinos, Ayabaca, sector fronterizo con Ecuador.
Ellos, trasladaban la droga desde el país colombiano y llegaba hasta Ecuador. Luego, al parecer, en burros, caballos u hombres cargándola, pasaban el río o quebradas de la frontera y llegaban hasta Remolinos, en la provincia de Ayabaca.
Ahí, el sindicado por la policía como el cabecilla de la organización, el detenido Segundo Noé Chamba Alcalde, que era conocido como “El Duro” o también “El Rey de los Gallos de Pelea”, quien cayó hace más de dos semanas con media tonelada de droga en Lima, era quien impartía las órdenes a todos los integrantes del clan de la droga.
“(Chamba) era una persona dedicada al tráfico ilícito de drogas en el centro poblado de Remolinos, en la frontera con Ecuador, provincia de Ayabaca”, dijo el coronel Denis Rodríguez, jefe de la Dirección de Investigaciones Especiales de la Dirandro de Lima.
El alto oficial señaló a un programa televiso de la capital, que los narcotraficantes se las ingenian para hacer compartimientos especiales en los diferentes vehículos para poder camuflar la droga tipo ladrillo y burlar todos los controles de la Policía Nacional del Perú.
Mientras que el fiscal contra el Crimen Organizado, Álvaro Rodas, señaló que: “Noé Chamba era la cabeza o el líder de esta organización. Es él quien impartía estas directrices de una estructura piramidal”, enfatizó el representante del Ministerio Público.
Sullana es un lugar estratégico. Según agentes antidrogas de esta jurisdicción, los narcotraficantes nunca descansan para poder operar y más en esta zona fronteriza, que es muy poco controlada por la Policía Nacional.
Señalaron que la ruta favorita de los clanes que se asocian con narcos colombianos y ecuatorianos, son los caseríos de la provincia de Ayabaca, debido al poco control y por donde transportan la droga a bordo de camiones, camionetas, motocicletas y otros vehículos terrestres.
Explicaron que la droga es llevada desde Ecuador hacia los caseríos de Ayabaca. De ahí, la transportan por la carretera al Puente Internacional o también utilizan trochas para llegar hasta la carretera Alamor. Aunque, lo hacen también por los diferentes caseríos fronterizos del distrito de Lancones.
Luego, desde estas distintas vías, llegan a Sullana, que es un lugar estratégico para los narcotraficantes, donde utilizan cítricos como limones para camuflarla o los compartimientos especiales de ómnibus u otros vehículos para trasladarla hacia los puertos de Paita (Piura) o el Callao en Lima y ser sacada al exterior, mayormente a Europa.
Según los agentes, cada kilogramo de clorhidrato de cocaína cuesta en la capital de nuestro país alrededor de 4 mil dólares.
Aunque, en el exterior, llega a valer el kilógramo hasta 40 mil dólares, por lo que la mayoría de narcotraficantes miran este destino para pdoer vender este tipo de droga, que es muy cotizada.
BASE. Ex policías recordaron que hace 15 años, las autoridades propusieron la instalación de una Base Antidrogas en Ayabaca, debido a que sectores como Aragoto, Llanos de Aragoto, Remolinos y otros sectores fronterizos con Ecuador, son centros de operaciones de narcotraficantes.
Aunque, dijeron que, tras unos años, dicha propuesta quedó en nada. Incluso, las plantearon hace aproximadamente 8 años la construcción de una comisaría en Aragoto, pero que los pobladores se opusieron.
En los últimos meses, el narcotráfico no ha parado en esta jurisdicción, ya que como se recuerda, el pasado 28 de junio y en plena emergencia, la Policía incautó más de 60 kilogramos de clorhidrato de cocaína tipo ladrillo, que iba camuflada dentro de los sacos con limones y que había sido empaquetada en el sector La Limonera, en Cieneguillo Norte de Sullana.
Aunque la intervención más reciente fue el 11 de setiembre en Lima, cuando el ayabaquino Noé Chamba Alcalde y 7 integrantes de un clan de peruanos y colombianos, llevaban camuflados en un tráiler, 502 kilogramos de clorhidrato de cocaína que había partido desde la provincia de Sullana.