Foto: Correo
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Los 1,137 kilogramos de clorhidrato de cocaína hallados dentro de una nave semisumergible a 178 millas náuticas de la costa de Talara, tenían como destino México y pertenecerían al cártel de, según las primeras investigaciones realizadas por las autoridades.

Así se desprende tras el seguimiento realizado por la Dirandro (Dirección Antidrogas) a un narcotraficante colombiano, representante del cártel de Sinaloa, y la presencia de un mexicano contratado por narcotraficantes de ese país para que vigile que el cargamento de cocaína hallado dentro del semisumergible, no sufra ninguna alteración en el peso ni el empaque hasta su destino final.

DILIGENCIAS

Según se conoció, tras las primeras diligencias e interrogatorio realizado a los cuatro ciudadanos extranjeros detenidos dentro del semisumergible artesanal, se supo que el mexicano, José Luis Tinoco Arciga, de tan solo 19 años, fue contratado por los narcotraficantes de ese país para realizar el control del cargamento durante el viaje por altamar.

"Yo era un pescador en México de la costa de Guerrero, pero me contrató un sujeto conocido como Teta (...). Me dijo que iba a cuidar una cosa (...) que me iba a pagar 50 mil pesos" (que al cambio serían unos nueve mil soles) contó el veedor mexicano.

Contó también que salió de México hacia Ecuador el nueve de mayo, se dirigió a la capital, Quito, y se alojó en el hotel Real Audiencia, donde permaneció por nueve días. "Ya estaba todo pagado y solo recibí un teléfono pequeño", dijo a los agentes y a la fiscalía Antidrogas.

SEGUIMIENTO

La presunción de que la droga incautada en el mar de Talara pertenecería al cártel de Sinaloa, se complementa con el seguimiento que hicieran durante este año los agentes antidrogas a uno de los representantes de esta organización criminal, realizando coordinaciones en nuestro país.

Según dio cuenta el domingo el programa Panorama, el 8 de marzo de este año se intervino la embarcación pesquera "Virtud del Rey", que llevaba dos toneladas de cocaína, un moderno equipo de comunicación y bloqueador de radar, el mismo que partió de Chilca, y fue intervenida a 155 millas náuticas, frente a la costa de Chepén, en La Libertad. Su destino, al igual que el semisumergible, era la costa de México.

El 23 de julio, en lo que se llamó el caso "Tauro", fueron capturados varios buzos peruanos y colombianos en pleno embarque de media tonelada de cocaína a una embarcación que tenía como destino México, los mismos que fueron captados por los agentes antidrogas.

Previamente, los agentes especializados captaron una reunión entre el colombiano Héctor Jairo Angarica Cortés, según la Dirandro, representante del cártel de Sinaloa, y su compatriota Rubén Darío Vergara, quienes dialogaban en un restaurante del distrito limeño de Miraflores, coordinando, al parecer, los envíos de cocaína a México, para su posterior comercialización a los Estados Unidos.

LOS TRIPULANTES

Según las indagaciones realizadas por la Policía, algunos de los tripulantes del "narcosubmarino" tienen un amplio prontuario en delitos de narcotráfico.

El ecuatoriano Luis Enrique Vélez Chávez, piloto de la nave, dice ser un pescador en su país, pero por su alta experiencia y conocimiento en este tipo de naves, fue captado por los narcotraficantes para que piloteara el semisumergible.

"A nosotros nos embarcaron en una lancha, ya todo estaba arreglado", dijo Vélez Chávez a los investigadores.

En la nave también viajaban dos ciudadanos colombianos, el ayudante César Vanegas Ruiz y Domingo Castillo, operario de motor, quien ya ha purgado condena por 10 años en los Estados Unidos por narcotráfico.

CAPTURA

Según dio cuenta el capitán de navío Carlos Teixeira, la ubicación y captura de la nave y de sus tripulantes fue posible gracias a que lograron interceptar una comunicación radial pidiendo auxilio.

La nave había partido el lunes 2 de diciembre desde los manglares de Ecuador, lugar donde fue cargado con los 136 sacos de rafia conteniendo los "ladrillos" de cocaína de propiedad de varios productores colombianos.

Tres días después, un desperfecto mecánico los dejó a la deriva y tras ser arrastrados por la corriente El Niño, quedaron a 178 millas náuticas de la costa peruana, frente a la costa de Talara.

La noche del viernes (6 de diciembre) se recibe información de que una embarcación se encontraba en el Mar de Grau transportando sustancias ilícitas. Por este motivo, la Marina dispuso que la patrullera BAP (Buque Armada Peruana) Río Piura se traslade a la zona, a 11 horas de la costa.

Al llegar al lugar, los guardacostas intervinieron y redujeron a los tripulantes extranjeros, a quienes colocaron boca abajo sobre la nave semisumergible.

Se reveló, como detalle, que al momento de la intervención, todo el interior de la embarcación se encontraba inundada de petróleo, situación que podría haber ocasionado un incendio o el ahogamiento de los tripulantes por intoxicación, debido a los gases del carburante.

Es decir, si bien su captura significa ser condenados por narcotráfico y recluidos por varios años en las cárceles de nuestro país, para los dos colombianos, el ecuatoriano y mexicano, su intervención también significó salvar su vida de una muerte segura porque su situación era crítica y con pocas probabilidades de sobrevivir

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