En medio del hacinamiento, las enfermedades, la violencia intrafamiliar y la inseguridad rampante viven más de 22,000 damnificados que habitan en seis albergues instalados en el Bajo Piura.
DELINCUENCIA. Hoy se cumplen 10 días desde que 45,000 familias del Bajo Piura huyeron de sus viviendas por el desborde del río Piura.
Desde entonces, la mitad está alojada en improvisados albergues instalados en la carretera Piura - Chiclayo, colegios y hasta iglesias. Los demás prefirieron refugiarse en las viviendas de sus familiares y allegados.
Después de sortear la furia de la naturaleza, ahora los damnificados tienen que lidiar con la delincuencia y la violencia intrafamiliar que reina en los refugios.
Precisamente la noche del último martes, la falta de presencia policial en el refugio del kilómetro 980 obligó a un grupo de damnificados a aprehender a un presunto delincuente, quien junto a más cómplices intentaron robar a balazos el almacén del albergue que abastece a los afectados del distrito de Cura Mori.
Fue necesaria la presencia de una fiscal para que los damnificados entreguen al malhechor Jhordy Ali Carlin Alache (24) a la Policía. Hasta el momento el presunto delincuente permanece detenido, pero trascendió que será investigado por el presunto delito de tentativa de hurto.
Pero este no sería el único caso de delincuencia registrado en los albergues. El veedor delegado del refugio San Pablo -ubicado a la altura del peaje Piura - Chiclayo-, Deward Gómez, denunció que la falta de seguridad ha originado la pérdida de carpas, colchonetas e incluso alimentos.
“Más que pedir que se refuerce es que se ponga porque no ha habido ningún policía, ya le hemos dicho al general que tiene que poder seguridad y hasta ahora no se hace. Hasta el momento se han desaparecido 65 carpas, 115 colchones que no están, y alimentos. Lo que pedimos es que se ponga un piquete policial, para que en el momento en que se identifique a algún ladrón sea detenido. También hemos detectado falsos damnificados que vienen solo a llevarse los alimentos”, denunció.
Este Diario consultó con otros veedores de los albergues y denunciaron la falta de seguridad y de asistencia por parte de las autoridades, sin embargo, aclararon que se han organizado para evitar desmanes.
Ante esto, el coronel Walter Cárdenas, jefe de la Policía en Piura, sostuvo que el déficit policial en las comisarias sectoriales contribuye con la inseguridad. Por ello, unos 100 efectivos de Chiclayo y Tumbes han llegado para reforzar el servicio.
MAL SERVICIO. La lentitud en la adjudicación de recursos oficiales en beneficio de los damnificados completa el crítico panorama.
Los refugiados carecen de un buen servicio de agua potable, alimentación, alcantarillado, salud y de carpas.
El gobernador regional de Piura, Reynaldo Hilbck, reconoció las fallas, pero manifestó que su administración está trabajando en la gestión de los albergues.
“La logística de descargar un buque no es fácil para el gobierno regional, trasladar tampoco, almacenar tampoco. Repartimos de acuerdo a lo que los alcaldes nos piden. No estamos atendiendo al damnificado directamente, la autoridad local es quien gestiona. Los alcaldes están sobrepasados con la emergencia”, dijo.
El mandatario regional agregó que solo el Bajo Piura requiere de 2,000 carpas adicionales a las que se han instalado, sin embargo, Indeci está desabastecida.
“Se requieren 1,500 para el albergue del kilómetro 980 y 600 carpas para San Pablo. Hemos pedido a Indeci hace una semana, esperemos que llegue en los buques”, señaló.
Por otro lado, Hilbck consideró que existen todas las condiciones para que se desate una epidemia.
“Buscamos atender 24 horas en las zonas afectadas por el desastre. Necesitamos cuadrillas de médicos que vayan a las zonas aisladas para verificar la salud de los damnificados. Urgen 100 médicos solo para la zona del Bajo Piura. Somos conscientes de que podría desatarse una epidemia, no solo del dengue sino de otras enfermedades, necesitamos tener más prevención, ser más proactivos y que la población nos colabore”, puntualizó.
En tanto, el alcalde de Catacaos, Juan Cieza, informó que hoy se estaría terminando de reparar el dique en el sector Pedregal y que inmediatamente se buscará recuperar los sectores afectados, a través de la limpieza y fumigación. Reiteró la solicitud de una indemnización.

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