Piura: Hampones asesinan a profesor y a su esposa en Ayabaca

Una pareja de esposos fue asesinada el último sábado en el interior de su vivienda, ubicada en la calle El Tabalito, en el centro de la provincia de Ayabaca. Ambos pertenecían a la hermandad del Señor Cautivo de Ayabaca.

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Hallazgo

Los cuerpos fueron hallados en diferentes ambientes de la casa por una amiga de la familia, quien habría llegado para recoger una comida para sus animales. Testigos señalan que la mujer llegó en horas de la tarde del sábado 8 de enero y al tocar la puerta nadie salió a su encuentro, pero se percató que la puerta estaba entre abierta, por lo que ingresó a la vivienda, encontrando el macabro hallazgo.

Según indica un poblador, la mujer ingresó rápidamente a la vivienda y no encontró a nadie, por lo que subió al segundo piso, donde halló a Marcelino Marcos Troncos Aguilera (72) tirado en el piso, al parecer con golpes en la cabeza. Al recordar que el hombre vivía solo con su esposa, buscó en otros ambientes, encontrando en el suelo a Agustina Salinas Liviapoma (69), en una de las cocinas de leña ubicada en el primer piso, al parecer con algunos rasguños en el cuello. Ambas personas yacían sin vida.

Al parecer, los esposos habrían sido asfixiados, para evitar que griten y que los vecinos se percaten del hecho, ya que ninguno escuchó nada ni notó algo extraño por la zona. Los señores fueron encontrados con ropa de dormir.

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Asimismo, testigos detallan que la pareja de esposos también sería prestamista, por lo que no se descarta que habrían sido víctimas de robo, ya que han encontrado todo desordenado dentro del inmueble.

Hasta el lugar llegó personal de la comisaría de Ayabaca, que colocó cintas de seguridad en la vivienda.

Cerca de las seis de la tarde llegaron los peritos forenses de la PNP. Después de permanecer varios minutos en la vivienda, procedieron a trasladar los cuerpos hacia la morgue de la ciudad de Sullana. Los pobladores salieron a las calles para exigir justicia para la pareja de esposos, que eran muy respetados y queridos en Ayabaca.