La Fiscalía investiga 43 casos de trata de personas en Piura
La Fiscalía investiga 43 casos de trata de personas en Piura

Escrito por Raquel Carmen

El 30 de julio se conmemoró el Día Mundial contra la Trata de Personas. Según los especialistas, la trata de personas es un delito complejo y que en nuestra región  se comete ante los ojos indiferentes de una población que ha normalizado actividades como la de menores acompañando a parroquianos a libar licor o a niños y mujeres siendo explotados laboralmente bajo la fachada de empleadas domésticas.

INVESTIGACIONES

De acuerdo al coordinador distrital del Programa de Asistencia a Víctimas y Testigos del Ministerio Público de Piura, José Luis Velásquez Quesquén, desde enero hasta el 20 de julio se investigan 10 denuncias de trata de personas en la Fiscalía Especializada Contra la Criminalidad Organizada, la misma que formalizó el año pasado otros 33 procesos.

Velásquez explicó que, debido a que en la región no se cuenta con fiscalías especializadas en trata de personas, por disposición de la Fiscalía de la Nación, es la Fiscalía de Crimen organizado la que, en adición a sus funciones, toma a cargo las investigaciones por este delito.

DESAPARECIDAS

En tanto, en la Unidad de Trata de Personas de la División de Investigación Criminal, durante la cuarentena por el COVID-19 se denunciaron 40 desapariciones de menores de edad, de las cuales solo tres fueron por problemas de conducta de los adolescentes.

No obstante, para poner paños fríos a esta considerable cifra, fuentes de esta misma Unidad refirieron que en la mayoría de los casos las menores fueron ubicadas.

Sin embargo, no indican la cifra exacta de menores que retornaron a sus hogares.

En paralelo, este departamento policial también ha recibido 15 denuncias por chantaje sexual cibernético, por lo que cinco personas actualmente cumplen prisión preventiva por este delito.

CIFRAS OCULTAS

Para el doctor Orlando Urbina Cerqueira, de la Fiscalía Especializada Contra la Criminalidad Organizada, en la región existen más cifras por el delito de trata de personas, pero estas están ocultas por una falsa normalidad que ha adoptado la población.

“Para muchos pobladores es normal que una adolescente o una joven se siente en una mesa a libar con un parroquiano y por estas actividades les paguen. La explotación laboral también se da en Piura, pero no se denuncia porque está bajo la fachada de la empleada doméstica a la que se le “paga” por sus labores dándole un cuarto y un plato de comida”, refirió el fiscal.

Urbina Cerqueira añadió que es en esta falsa normalidad en la que se debe incidir para empezar la lucha contra este delito, que desde hace algunos años ha cambiado la manera de captación de sus víctimas.

Por ello, es importante que la población deje de relacionar a los tratantes como aquellos captores que a la fuerza llevan a sus víctimas y, misma película cinematográfica, las encadenan y no dejan salir.

“Se tiene una imagen errada de la trata de personas, ahora a las víctimas cuando las captan les ofrecen muchas cosas y les hacen creer que van a entrar a un mundo de ricos y famosos, cuando la realidad es otra”, refirió.

Urbina indicó que uno de los problemas frecuentes a los que se enfrentan durante los operativos a bares y cantinas donde son halladas menores de edad, es que ni el propietario de la cantina, ni el parroquiano identifican el delito en el que incurren.

“Cuando las encontramos en estos lugares, muchas de las adolescentes dicen que nadie las captó, que están trabajando, pero no se dan cuenta que el propietario de esos bares lucra con su presencia. Una cerveza vale el triple de su precio normal solo por la presencia de esta joven a la que visten con poca ropa y sientan a libar bajo la fachada de dama de compañía. Eso es lo que hay que denunciar para empezar con una investigación por trata de personas”, argumentó Urbina.

EXPLOTACIÓN LABORAL

La presidenta de la Junta de Fiscales en Piura, Sofía Milla Meza refirió que se ha detectado que en el distrito de Tambogrande, un número considerable de jovencitas son llevadas contra su voluntad a laborar a los bares y cantinas que hay en el lugar.

“Esto influye porque Tambogrande es uno de los distritos donde se da la minería ilegal, al igual que en Suyo. Allí, muchas jovencitas son trasladas desde otras ciudades como Jaén o la Selva y son obligadas a libar como parte de su trabajo en estos bares. La Fecor tiene casos importantes de trata de personas por lo que se espera que en los próximos días se den resultados en juicios”, dijo Sofía Milla.

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