El exjefe de Fiscalización de la Municipalidad de Sullana fue condenado por el delito de cohecho pasivo propio.
El exjefe de Fiscalización de la Municipalidad de Sullana fue condenado por el delito de cohecho pasivo propio.

A cinco años de cárcel fue sentenciado el exjefe de Fiscalización de la Municipalidad Provincial de Sullana, Jhon Quispe Lazo, tras ser hallado responsable por el delito de cohecho pasivo propio, al solicitar y recibir S/ 200 a una mujer para que siga funcionando su local en esta ciudad, ubicado en la región .

El fiscal provincial, Jack Trelles Burneo, del segundo despacho de la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Sullana, fue quien obtuvo dicha medida ante el Juzgado Anticorrupción, tras sustentar diversas pruebas durante el proceso contra el exfuncionario edil.

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Asimismo, a Jhon Quispe le dictaron 6 meses de inhabilitación de todo cargo público. A la vez, tendrá que pagar una reparación económica tras el hecho cometido.

El exjefe de la Fiscalización de la comuna sullanera continuará recluido en el establecimiento penitenciario de Piura, debido a que cumplía una medida de prisión preventiva de 9 meses que le dictaron en el mes de junio del año pasado.

Como se recuerda, Quispe fue detenido en un operativo realizado a cargo de la Fiscalía Anticorrupción, junto a la Policía de la Dirección contra la Corrupción, en el frontis de su vivienda del barrio Leticia en la localidad de Sullana.

Ahí, fue capturado en flagrancia tras ser acusado de pedir S/200 a la dueña de un establecimiento comercial y donde la mujer llegó a dicho inmueble y le entregó el dinero que le había sido solicitado para que deje funcionar su local sin ningún problema.

Pero la propietaria ya había denunciado el caso ante la Fiscalía Anticorrupción que  en compañía de la Policía, fotocopiaron los billetes y, además, le rociaron un químico a los mismos.

Incluso, cuando el funcionario vio a los fiscales y policías que lo iban a intervenir en el frontis de su inmueble, se comió los billetes, pero el químico ya había quedado adherido en sus manos y otras partes del cuerpo.

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