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Los puntapiés en el rostro y abdomen, los traumatismos recibidos cuando le estrelló la cabeza en el piso, y las huellas de cuando se la llevó arrastrándola de los pelos y completamente desnuda por la cuadra uno de la avenida Perú, no contaron para la jueza Ubaldina Rojas Salazar quien ayer rechazó el requerimiento de prisión preventiva contra Luis Ángel Piscoya Pérez (30), el salvaje que golpeó hasta casi darle muerte a su conviviente.
La titular del Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria de Piura declaró infundado el pedido de nueve meses de prisión para el iracundo sujeto y dictaminó que siga proceso con comparecencia restringida, tras la maratónica audiencia de más de 3 horas cumplida ayer.
Suelto en plaza. El escandaloso fallo incluye el pago de una caución sumamente benigna, 2 mil nuevos soles, que el procesado deberá abonar en el Banco de la Nación en un plazo de cinco días hábiles contados desde ayer.
El chiclayano que no se asomó ni un instante por la Tercera Sala de Investigación Preparatoria de la Corte Superior de Justicia donde se dictó esa resolución, tendrá que concurrir cada 30 días al juzgado, no podrá variar de domicilio ni ausentarse de Piura, y se le prohibió todo tipo de comunicación con los testigos del caso.
La magistrada ni siquiera admitió un pedido de la Fiscalía para que se considere como prueba el vídeo del hospedaje con las imágenes de la salvaje paliza que recibió la piurana Misui Rosalía Chávez Sandoval, la pareja de 26 años del agresor cuyo paradero hasta ahora es desconocido.
La jueza determinó que los hechos cometidos por Piscoya se encuadran en la figura delictiva de lesiones leves por violencia familiar, contra la postura del Ministerio Público que sustentó la comisión del presunto delito de feminicidio en grado de tentativa.
Primaron en la decisión las pericias médico legistas, el diagnóstico médico y gruesos errores en la cadena de custodia de las pruebas.
