Los enfrentamientos más sonados entre gobernadores y vicegobernadores
Los enfrentamientos más sonados entre gobernadores y vicegobernadores

Con lo sucedido durante esta semana entre el gobernador Walter Aduviri y el vicegobernador, Agustín Luque, los conflictos entre los dos hombres con los cargos más altos en el Gobierno Regional de Puno, se han hecho tradición

Durante el periodo de David Jiménez, los consejeros oficialistas tuvieron que suspender de su cargo a la vicepresidenta Sonia Frisancho para evitar que esta asuma la presidencia en ausencia de Jiménez.

Durante la gestión de Hernán Fuentes, su vicepresidente (así se denominaba el cargo), Mauro Fuentes lo acusó de gobernar autoritariamente e incluso amenazó con impulsar su vacancia.

En el periodo de Mauricio Rodríguez, los dimes y diretes con Saúl Bermejo pasaron a un abierto enfrentamiento que llegó incluso a que Rodríguez cierre la puerta de su despacho a Bermejo cuando a este le tocó reemplazarlo.

En el siguiente periodo de gobierno, aunque Héctor Estrada mantuvo un perfil bajo como vicegobernador, no le faltó momentos tensos en la relación con Juan Luque y reveló que él era ignorado olímpicamente por el gobernador.

Razones. El periodista René Calderón quien cubrió el acontecer político en todas las gestiones mencionadas dio dos razones básicas para estos conflictos.

Primero, por mentalidad y cuestión cultural, el presidente o gobernador no tolera delegar funciones y evita constantemente que otra persona, en este caso el vicegobernador, tome protagonismo.

Segundo, durante la campaña electoral, se escoge al candidato a vicegobernador por razones estratégicas y electorales. Por eso, luego de ganadas las elecciones, quien ocupa ese cargo “sobra” en el ejecutivo del gobierno.

Además, indicó que, legalmente, el vicepresidente es una suerte de suplente del gobernador sin más funciones y atribuciones.

“Podría participar en el consejo, o recibir tareas debidamente señaladas para que tenga su propio ámbito de poder”, indicó.