El centro cívico de la ciudad se vio ayer colmado de comerciantes de diferentes centros de abasto y asociaciones de artículos de segundo uso que salieron a las calles a pedir al Gobierno Central que no permita la instalación de malls comerciales en nuestra ciudad.
Provistos de carteles y vehículos con megáfonos los vendedores señalaban que la patria debe de respetarse y se debe dar especial prioridad a las actividades comerciales que ellos realizan.
Un grupo de comerciantes ingresaba al centro de la ciudad desde la avenida Leguía, luego siguieron por la Calle General Varela e hicieron su ingreso por la avenida San Martín.
PRONUNCIAMIENTO. Mientras que otro nutrido grupo de vendedores hacía lo propio desde el distrito de Gregorio Albarracín y tomaron por asalto las avenidas principales como la Municipal, Cuzco, avenida Bolognesi hasta llegar al corazón del centro cívico. Tras converger en sus caminos, realizaron un plantón en el arco parabólico a cuya medida de fuerza se sumaron los protestantes del Sutep Regional.
Presidente del frente de defensa de los intereses de Tacna, Jesús Laura Flores, manifestó que el paro regional acatado es para defender el territorio peruano ante una eventual posibilidad de venta ante capitales extranjeros.
“Se han sumado los comerciantes de los diferentes mercados, cachineros y estamos aquí para decir no a la venta de nuestros terrenos”, manifestó.
Laura indicó que dicha movilización que duró en el centro cívico desde las 10 horas hasta el medio día es para demostrar a los gobernantes que los comerciantes y organizaciones de base que los representan están unidos.
El dirigente relató que dicha movilización se debe a que el estado no se pronunciado firmemente prohibiendo la instalación de malls en Tacna.
Cabe indicar que la movilización fue pacífica.
Jesús Laura indicó que dejaron un memorial dirigido al presidente de la república el cual fue remitido a la gobernación de nuestra ciudad.
A la marcha de los comerciantes de diversos centros de abasto y asociación de cachina, también se sumaron los comerciantes ambulantes que convirtieron el centro cívico en su punto de labores.
Carretas de comida, papa arrebozada, helados, sánguches, refrescos, entre otros fueron ofertados a los mismos marchantes.