Pese a las medidas de seguridad adoptadas por la policía y fuerzas armadas para evitar que las personas se acerquen a los cementerios de la ciudad algunos llegaron hasta los recintos para orar por sus difuntos o dejar flores.

El cementerio Presbítero Sebastián Ramón Sors que congrega a la mayoría de personas fallecidas en la región desde las primeras horas de la mañana llegaron algunas personas para desde las rejas del camposanto orar y dejar algunos ramos y arreglos florales. Mientras que otros optaban por contratar los servicios de oradores para rezar por sus seres queridos al no poder llegar a las tumbas donde reposan.

Ante las restricciones para acercarse a la necrópolis tacneña algunas personas optaron por comprar flores y llevarla a sus hogares donde colocaron altares con las fotografías de sus difuntos por el día de los muertos.

Similar panorama se observó en el cementerio municipal de Pocollay donde se tuvo en horas de la tarde tres entierros y pocas personas llegaron hasta el lugar que en años anteriores se congregaban cientos de personas con música, alimentos y bebidas que este año no pudieron realizar por la pandemia de salud.

En la misma situación estaba el cementerio en el distrito Coronel Gregorio Albarracín donde pocas personas llegaron hasta el lugar y ser impedidos de dejar flores o adornos. Las fuerzas del orden se mantendrán en los camposantos hasta el 2 de noviembre resguardándolos para evitar aglomeraciones de personas.