Caos e inseguridad se apoderan del emporio comercial de Aguas Verdes
Caos e inseguridad se apoderan del emporio comercial de Aguas Verdes

Un promedio de 800 comercios informales se han apostado en la avenida República de Perú, en el distrito de Aguas Verdes, en , generando caos, inseguridad ante una eventualidad como un sismo o un incendio de mediana proporción y, sobre todo, encubriendo actos delictivos, ya que los dueños de lo ajeno muchas veces merodean para sustraer las pertenencias de turistas.

PROBLEMAS

Además, otro gran problema que se ha generado por la ilegalidad en el comercio es la disminución de las ventas de puestos ubicados en las galerías debido a la obstaculización del ingreso principal, ingreso mínimo bajo concepto de ventas y precios bajos que muchas veces son ingresados de manera irregular al país.

Al respecto, el presidente de la asociación de Comerciantes Unidos por la Frontera, Omar Valera Molocho, consideró que la única forma de buscar la formalización es la reubicación de todos los ambulantes en un malecón turístico instalado en el canal Internacional.

“Las autoridades nos habían ilusionado con un proyecto donde se iba a reubicar a todos nosotros (informales) en el nuevo malecón turístico con un enrocado especial para el canal y, sobre todo, estaríamos en todo el trayecto del turista”, rememoró.

Sin embargo, conforme pasó el tiempo, el proyecto se convirtió en una idea donde se iba a considerar un corredor turístico al lado izquierdo donde se tendría que retirar las viviendas; pero, los comerciantes informales estuvieron en desacuerdo porque el gentío no ingresaría a comprar sus productos.

“Nosotros queremos estar aquí (en plena avenida República de Perú) porque la gente ingresa y aprovecha a comprar nuestros productos”, señaló.

CONSCIENCIA

Pero, de alguna manera, Omar Valera se sinceró ante Correo aseverando que es necesario que los ambulantes se formalicen por temas de seguridad, mejores ingresos mensuales, reconocimiento ante diversas entidades estatales como la Sunat, Indecopi y la Municipalidad Distrital de Aguas Verdes, entre otras.

“Me gustaría tener mi propio puesto donde deje mi mercadería. Abra y cierre la puerta cuando quiera, ofrecer variedades al público y estar seguro que nadie me quitará todo el esfuerzo de tener mi puesto”, puntualizó Valera.

Uno de los problemas pendientes en el emporio de Aguas Verdes es verificar que comerciantes formales acceden a la venta ambulatoria de sus productos con la finalidad de mejorar el ingreso mensual de dinero dado por las ventas.

RETROCESO

Para ello, Arturo Mamani Zúñiga, quien ofrece vestidos de todas las marcas para niñas y adolescentes en el centro comercial La Bahía, refirió que ha detectado que algunos aprovechan el alto tránsito de ciudadanos ecuatorianos y peruanos en el puente Internacional.

“No comprendo cómo el formal que tiene su puesto seguro sale a vender a la calle. De la formalidad regresa a la informalidad. ¿Es correcto eso?”, cuestionó.

De hecho, aprovechan en competir con sus propios compañeros de piso que, de alguna manera, los perjudican con los bajos precios.

“Todos queremos avanzar con la formalización pero no entiendo que los comerciantes que utilizan una galería salgan con sus cajas y un toldo a la calle para vender”, dijo.

Otro grave problema es el intento de retiro de los ambulantes por parte de la autoridad edil; pero ninguno accede o, sencillamente, increpa a los miembros e la Policía.

Sin embargo, se rehusan a salir de sus puestos y se consideran formales por el hecho de cancelar S/ 1 por concepto de Sisa a la municipalidad de Aguas Verdes.

Sin embargo, solo los hace posesionarios de manera momentánea en zonas que no sobrepasan los cuatro metros cuadrados.

Omar Valera manifestó que los puestos ambulatorios asociados respetan los límites que la comuna ha establecido; sin embargo, diario Correo evidenció que no existe una simetría en cada ambulante, puesto que logran invadir la calle generando caos vehicular y peatonal.

Además, la integridad física es primordial debido a la existencia de marañas de cables ubicados por encima de los toldos y muy cerca a las ventanas de las galerías.

Incluso, en las calles que interceden la avenida Perú se encuentran tugurizados de productos que no permiten el libre tránsito de las personas donde se encuentran con maniquíes, puestos de comida, entre otros.

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