Más de 1,500 casos de violencia contra la mujer
Más de 1,500 casos de violencia contra la mujer

Un total de 1,576 denuncias de violencia contra la mujer y otros integrantes del grupo familiar se reportaron hasta finales de agosto, en las diferentes comisarías y los Centros de Emergencia Mujer (CEM); predominando los maltratos psicológicos y físicos, respectivamente.

De acuerdo a la estadística brindada por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp), la provincia de  registra un total de 1 mil 093 casos distribuidos entre las dependencias policiales y el mismo CEM.

Además, la provincia que registra más incidencias de violencia es Zarumilla con 350 casos; agregando que, Contralmirante Villar, cuenta con 133 denuncias.

DIFERENCIAS

El Mimp indica cuatro tipos de violencia, siendo la psicológica que registra 719 casos en la región Tumbes.

Sin embargo, la población femenima que se encuentra entre los 18-59 años, se ha registrado 536 denuncias; el restante, es referido para los hombres que han ido a denunciar a cualquiera de las comisarías del sector.

Ahora, por el maltrato físico, se registra 589 casos de mujeres que han denunciado por algún golpe en su contra.

Pero, hay que detallar que solamente se registran 40 denuncias sobre abuso sexual en contra de las mujeres y cuatro por asuntos económicos o patrimonial.

Cabe recordar que las cifras brindadas por dicha cartera, son oficiales; sin embargo, existen cifras denominadas "negras", que son aquellas que no son registradas debido a que las agraviadas no denuncian.

PATRONES

Para el coordinador regional Contra la Violencia Física y Sexual contra la Mujer, Roland Alexander Flores Veintimilla, los factores de abusos ocurre porque nuestra sociedad registran familias disfuncionales y, sobre todo, siendo la principal, los patrones culturales que predominan en el actuar del ser humano.

Por ejemplo, en pleno siglo XXI, aún se concibe el pensamiento de que el hombre solo se dedica a trabajar y la mujer debe regirse a las labores del hogar como el cuidado de los hijos y los quehaceres como la limpieza de la vivienda, lavado de las prendas de vestir, preparación de los alimentos, entre otros.

Sin embargo, para menguar esta situación, alega que el Estado debe trabajar únicamente en los centros educativos con la implementación de estrategias a favor de la familia, para que las próximas generaciones comprendan la unión en el hogar y, sobre todo, disminuir los índices de violencia.

“En uno o dos años no se verán resultados. Esto debe ser una política de Estado para que, dentro de unos veinte años, aproximadamente, veamos los primeros avances”, dijo Roland Flores.

Pero, no se podría detectar en qué sector socioeconómico se podría acrecentar el machismo debido a que en las familias con alto poder adquisitivo, se podría tener un figura paternal sumamente posesivo y con un pensamiento en contra que atente la integridad física y psicológica de la mujer.

Esto, definitivamente, repercute en el crecimiento de los hijos porque captan todo lo que ven y escucha; por ende, el Estado debe intervenir en los infantes para que mejoren su percepción debido a los hechos lamentables que puedan observar, incluso, ser partícipes de uno de ellos.

PREJUICIOS

Sin embargo, Roland Flores aclara que la intervención del Estado debe ser en todos los colegios y no solamente se debe aquellos que se encuentran en los asentamientos humanos en la periferia de las ciudades, porque las incidencias de violencia contra la mujer se registra también en los sectores con alto poder adquisitivo.

“Por ejemplo, los niveles socioeconómicos medio y alto, las mujeres temen denunciar porque teme escuchar chismes en su contra. Se preocupan del qué dirán sus amistades y por eso prefieren seguir soportando más golpes y daños psicológicos”, explicó Flores.

Para estos casos, las mujeres temen ser mal vistas e, incluso, perder sus puestos de trabajo siempre y cuando existe un maltrato de forma vertical, osea, que parte desde un gerente hacia sus trabajadoras.

"El status es muy fuerte en estos sectores porque existe mucho poder debido a que el agresor puede ser un funcionario público, un militar, o algún otro personaje conocido", argumentó Flores.

Frente a eso, el poder adquisitivo conlleva a ganar de cualquier forma los juicios, verse vulnerable la imagen de la agraviada.

Pese a ello, la imagen de la mujer es muy vulnerable porque recae afronta ante la sociedad, en algunos casos.

"Por ejemplo, cuando la exprimera dama, Pilar Nores, salió al frente de Alan García. Claro está que ella se mantuvo firme, pero todo el país y el mundo tuvo una percepción distinta a la que quería buscar el expresidente", puntualizó.

En cambio, las agraviadas que viven en los barrios populosos, denuncian en la comisaría del sector con ayuda de sus vecinos y amistades; sin embargo, se puede evidenciar posibles chantajes para evitar que la denuncia termine en prisión preventiva para el presunto agresor.

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