Airam Galliani entró en pánico al filmar película de terror Cementerio general
Airam Galliani entró en pánico al filmar película de terror Cementerio general

La actriz Airam Galliani, protagonista de la primera película de terror en Perú, Cementerio general, ópera prima del cineasta Dorian Fernández, confesó que al rodar la escena del juego de la ouija se vio obligada a paralizar en siete ocasiones el acto debido a que entró en pánico, lloró y sintió la energía negativa de las almas.

Entre otros temas, la hija del conocido actor Sergio Galliani recomendó a los escolares no practicar este peligroso juego.

CORREO: ¿Qué tal te fue con tu primer protagónico en el cine?

AIRAM GALLIANI: Nunca imaginé que mi primera película iba a ser de terror, me agarró por sorpresa que me dieran el protagónico. Mi personaje se llama Andrea, que pasa por un momento depresivo luego que se murió su papá y tiene la ingenuidad de pensar que la ouija la llevará a despedirse de él. Esta película te atrapa, me van a decir "pobrecita". Es entendible jugar con la ouija.

C: ¿Jugaste con la ouija en tu etapa escolar?

AG: Nunca en mi vida jugaría con eso, le tengo respeto a este tipo de cosas. Yo creo que existe una energía negativa que se queda en el espacio. Hay muchas almas que no descasan en paz. Esa energía la hemos sentido en el cementerio.

C: ¿Y cómo venciste tus miedos?

AG: Soy la persona más miedosa del mundo, pero no podía negarme a protagonizar la primera película de terror en nuestro país. Andrea es una niña muy ingenua, que nunca jugaría con la ouija, pero al estar viviendo esta experiencia siente que quizá jugar a eso no era tan loco como pensaba. Cuando muere un ser querido y quieres comunicarte con él, es lógico que quieras ver dónde fue enterrado y cómo la está pasando, si hay sufrimiento.

C: ¿Cuál fue la escena más difícil de rodar?

AG: Justamente la escena de la ouija. Estábamos los actores con un tablero encima de una tumba antigua, nos cogimos de las manos, cerramos los ojos y dijeron: ¡acción! Colocaron cuatro velas y empezaron a invocar a los demonios. Sentí un aire frío, el sonido de hojas, entré en pánico y paré la grabación asustada. Empecé a llorar, Dorian Fernández (el director) me tuvo que calmar. Filmaron esa escenas siete veces, resultó muy fuerte para mí.

C: ¿Pensaste en abandonar el rodaje?

AG: Renunciar no, porque era un reto enorme y mi responsabilidad de terminar la cinta seguía latente. Entré en pánico varias veces. Sentí la energía negativa dentro de mí. Me puse nerviosa, empecé a llorar y miraba a todos. Mis compañeros estaban concentrados en sus personajes, pero nuestros rostros de pánico eran reales.

C: ¿Y cómo defines esta experiencia aterradora?

AG: Con mucho pánico. Sabía que la escena tenía que llegar en cualquier momento y que yo debía acabarla.

C: ¿Recomiendas a los jóvenes y escolares no practicar la ouija?

AG: Claro, le recomiendo a todos no jugar con la ouija. Algunos me dirán: '¡qué chistosa' y tomarán mi consejo a la broma. Pero pienso que nadie tiene derecho a perturbar a la gente que, por alguna razón especial, no está descansando en paz. Hay historias muy tristes, pero invocar a las almas y jugar con la ouija no se lo recomiendo a nadie.

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