Rompió su silencio. La actriz Amparo Brambilla afirmó que en la década del 80, cuando era una cotizada vedette, brindó un show privado para el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera en la selva de Uchiza (San Martín), agregando que el delincuente la "cuidó y protegió" en todo momento, aunque descartó de plano cualquier vínculo sentimental.
CORREO: ¿Ya firmaste contrato con Risas de América para la temporada 2013?
AMPARO BRAMBILLA: No he firmado aún, esta semana definiré mi situación. Ya tengo dos años y me he acostumbrado a mis compañeros.
C: ¿En qué otros proyectos estarás este año?
AB: Hay un tema pendiente con Michelle Alexander, esperemos que se concrete. ¿Actuar en la miniserie de Vaticano? No tengo una propuesta específica, pero me encantaría. Ojalá me toque un papel diferente; hacer de mala sería un gran reto para mí.
C: ¿Te imaginas haciendo de mala en Vaticano?
AB: Sería lindo, de alguna forma yo lo conocí y no fue en la parte negativa. Yo conocí otra parte de Demetrio Chávez Peñaherrera. Él me cuidó cuando fui a trabajar allá (a Uchiza), de ahí nació el rumor de un romance que no existió. Debo reconocer que gracias a su gente regresé sana y salva a mi casa.
C: ¿Cómo así y en qué año te ligaron con él?
AB: En los años 80, no me acuerdo la fecha exacta. Fui para hacer un show, no contratada por él sino por un amigo. Dentro de mi elenco de baile estaba su esposa de aquel momento, por eso hubo la conexión. El lugar (Uchiza) era inhóspito y él nos cuidó todo el tiempo. No intentó sobrepasarse, fue un caballero.
C: ¿No te generó miedo bailar para un narcotraficante?
AB: Nada, a mí me lo presentaron diferente. Nunca dio muestras de grandeza.
C: Después de esa experiencia, Demetrio no buscó relacionarse sentimentalmente contigo?
AB: Descarto todo vínculo con él. Recuerdo que esa vez me advirtió que a las chicas atractivas les proponían hacer un show adicional y que me negara. Cuando lo hice, el tipo de la oferta se quedó histérico, por eso tal vez inventaron una relación con Vaticano, por venganza.