Giovanna Rubina | César Salazar



Que la cuarta entrega de la saga Indiana Jones sea una mera ficción no quita que no deje de escandalizarnos por la sarta de imprecisiones e incongruencias históricas imperdonables en un mundo globalizado y, peor aún, si proviene de la creación de dos capos de Hollywood: George Lucas y Steven Spielberg.

Y mejor ni hablamos de la pobre utilería y montajes indignos de un presupuesto por encima de los 125 millones de dólares con que contó Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, en cuya trama el infatigable aventurero, guiándose de las líneas de Nasca y del quechua que aprendió con el revolucionario Pancho Villa, llega al Perú de los años 50 para dar con el fardo funerario del conquistador Francisco de Orellana, en donde encuentra un transparente cráneo deformado ?técnica utilizada por nuestros ancestros? que resulta ser la llave para conquistar el mundo, y el cual codician los rusos.

Al son de una melodía que suena ranchera, Indy (Harrison Ford) arriba al "aeropuerto" de Nasca junto con el joven Mutt Williams (Shia La Beouf) en donde se pasean mujeres vestidas cuales ñustas y hombres con ponchos y sombreros, algo típico de la serranía peruana. La aventura para devolver la calavera adonde corresponde, en la ciudad de oro de Akator, continúa en la selva amazónica, que es presentada con arenas movedizas, hormigas asesinas, impresionantes cataratas y una pirámide maya defendidas por guerreros mayas.

Obviamente, estas inexactitudes y la suma libertad para recrear tal historia se presta a controversia. Correo consultó con el historiador Manuel Burga, ex rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien opinó que ello podría ser perjudicial para todos aquellos extranjeros que desean conocer el verdadero Perú.

"Falta asesoramiento técnico en esta película porque hay muchos datos incorrectos, aunque se trate de una ficción. Eso va a ser perjudicial para mucha gente que no conoce nuestro país, pues muestra un escenario peruano que no es real. No es posible que se confunda la Amazonía con la selva de Yucatán en México. Debió haber especialistas que investiguen previamente antes de elaborar el guión", sentenció.



Una saga de perlitas



Las anteriores tres películas del intrépido aventurero no se salvan de los errores. Por ejemplo, Indiana Jones y la última cruzada encabeza la lista de los filmes con mayores equívocos del portal de internet Dieseher (Los mirones), con 85 fallos, mientras que Indiana Jones y el templo maldito y En busca del arca perdida acumulan hasta 45 y 64 errores, respectivamente.