Su estilo es “marca registrada”, “viene de fábrica”, eso es lo que afirma Iván Cruz cuando se le pregunta de dónde nació esa particular forma de vivir y cantar el bolero. “El sentimiento está en mis genes, viene de mis raíces ayacuchanas: mi abuelo era charanguista, guitarrista, cantante, y mi abuela interpretaba huaynos y yaravíes. Pero el saoco, la sandunga y la forma de actuar en el escenario me lo dio el Callao”, afirma el artista. Esa mezcla explosiva para el cuerpo y el corazón dio como resultado a un artista inimitable, que no admite competencia.
¿Qué es lo que determina que un artista o un cantante sea original y que cuando uno cierra los ojos inmediatamente diga con solo escucharlo “Es él”?
Bueno, de acuerdo con el comentario de la gente, me dicen que cuando yo canto, vivo cada tema. No solamente soy un cantante, soy un intérprete, lo cual es distinto: vivo las letras de tal forma que primero llegan al oído y de allí al corazón del que me está escuchando. Allí radica la originalidad, eso es lo que me diferencia.
Y esa “marca registrada” de la que hablas y que tuvieron grandes, como Lucho Barrios, Pedrito Otiniano, también genera envidia...
Esos que nunca llegaron a ser nada, que se quedaron en el camino, son los que hace poco por las redes sociales dijeron que había muerto. Pero eso no es nuevo, porque debido a que en agosto del año pasado me quebré el antebrazo izquierdo y me pusieron una plancha de quince centímetros y nueve tornillos, empezaron a especular que ya estaba acabado.
Pero eso no te aniquiló...
Realmente mi operación fue delicada, pero a los días de salir de alta yo ya estaba cantando. Mis cuerdas vocales, a Dios gracias, están intactas; eso es lo importante.
Tus canciones se han refrescado en las voces de las nuevas generaciones, que las cantan como si recién se hubieran estrenado...
Es más, las cantan y piden “Me dices que te vas” y “Mozo, deme otra copa”, que fueron mis dos primeros discos de oro en 1975. Yo les digo a los muchachos: “¿Cómo es que les gusta y las cantan tan bien si ustedes no habían nacido cuando se lanzaron?”. Y me responden: “Sabes, Iván, yo nací escuchando tus canciones; mis abuelos, mis papas, tenían tus discos y escuchaban tus boleros. Tú eras parte de nuestras vidas”.
Tienes una carrera que te ha dado esas satisfacciones. Pero también te mareó el éxito...
Hasta el punto de perder mi hogar y el amor de mis hijos. Perdí también muchas cosas materiales: la casa que me compré en Miami, un Mercedes-Benz clásico, terrenos que tuve en Punta Negra; todo por mi vida loca. Era un coquero, alcohólico, sentía un vacío en mi vida.
Y la música te salvó...
Seguía con la carrera, nunca dejé de cantar. Ante tanto exceso y tragedia, mi refugio fue la música, lo que Dios me dio. Hasta que un día le pedí que me recogiese, que todo lo que estaba pasando no era vida.
Hasta que llegó la ayuda que estabas esperando...
Un 7 de enero del 2000, en plena crisis, estaba manejando mi bicicleta y se me rompió el piñón frente a una iglesia cristiana, chiquita. Entré de rodillas y le pedí perdón al Señor, y desde ese momento mi vida cambió.
¿Iván Cruz es consciente de que, mientras existan cantinas y penas de amor, el pueblo brindará con sus canciones?
Creo que estar en el corazón del pueblo es un privilegio de pocos. Que cuando uno cante la gente viva y sienta lo que uno dice es un regalo de Dios. Se nace con ese don y solo hay que tratar de mantenerlo y de ponerlo al servicio de la gente. No sabes cuánto me emociono cuando se acercan a mí y me dicen que, cuando lloro en el escenario, la gente también llora conmigo.
PERFIL
Iván Cruz, cantanteNació en el Callao el 10 de enero de 1946. Sus primeros éxitos en el mundo del bolero fueron “Me dices que te vas” y “Mozo, deme otra copa”, que se lanzó en 1975.