El escritor peruano Mario Vargas Llosa se declaró “inmensamente feliz” en una amplia entrevista publicada ayer por el diario español El País, en la que reconoció que su vida privada ha sufrido “una especie de transformación muy profunda”.
“Mi vida privada ha sufrido una especie de transformación muy profunda, soy inmensamente feliz porque es una experiencia que me ha enriquecido extraordinariamente y lo único que lamento es que la felicidad se consiga muchas veces causando infelicidad a tu alrededor. Desde luego que eso lo lamento muchísimo, pero me siento muy ilusionado, realmente muy rejuvenecido, y tengo mucha esperanza en que en el futuro esto tenga un efecto no solo en mi vida privada, sino también, y fundamentalmente, en mi trabajo de escritor”, explicó.
Cuatro meses después de conocerse su relación con Isabel Preysler, madre del cantante Enrique Iglesias, el autor de La ciudad y los perros se confesó “desconcertado” por la “repercusión continental” de la noticia y la “especulación periodística” en torno a ella.
“Tanto para Isabel (Preysler) como para mí ha sido muy, muy pesada en estos últimos meses”, aseguró.
“Han seguido absolutamente a toda la familia, todo el mundo ha tenido que pagar un poco cosas que hacía yo. Lo siento muchísimo, pero no había manera de evitarlo, y creo que en la vida presente no hay manera de evitarlo. Una de las características de la vida presente es que la privacidad ha desaparecido, ya no existe, hay una tecnología capaz de transgredir la privacidad a todos los niveles. Esto tiene efectos económicos, políticos, culturales, pero una de las consecuencias es que lo que entendíamos por privacidad, pura y simplemente, ya no existe”, añadió.
SUEÑO. Cerca de cumplir 80 años y de publicar nueva novela, bajo el título Cinco esquinas, el Premio Nobel de Literatura mira hacia el futuro.
“¡Quién iba a decir que iba a estar viviendo una gran pasión y organizando mi vida como si fuera a vivir eternamente!”, exclamó.
“Espero que mi mejor libro sea el próximo que escriba, que no esté atrás sino por delante, que sea un desafío y que la muerte me pesque escribiendo mi mejor libro. Ese es mi gran sueño”, aseguró.
Con Cinco esquinas, un thriller que toma el título del nombre de un barrio de Lima, el escritor vuelve a Perú y traza “una especie de mural de la sociedad” de nuestro país en los últimos meses de la dictadura de Alberto Fujimori (1990-2000).
Una de las caras de la historia es “una relación erótica muy fuerte” entre dos mujeres, según explicó el autor, quien destacó que el principal tema de la novela es precisamente el periodismo amarillo, utilizado por Fujimori como “arma política para desprestigiar y aniquilar moralmente a todos sus adversarios”.
“Ahora me ha tocado (...) comprobar que el periodismo como espectáculo no solo está presente en el periodismo especializado en el escándalo, en la chismografía, sino que el periodismo más serio se contaminado también por esa necesidad contemporánea de que el periodismo sea entretenido, divertido; que la misión primera ya no sea informar, sino entretener a los lectores, oyentes o espectadores. Creo que es una realidad de nuestro tiempo”, dijo al hilo de su situación personal.
ESFUERZO. Vargas Llosa insistió en que no tiene “talento natural” y que cuando comienza una historia siente “la misma inseguridad” e “indefensión” que cuando escribía sus primeros textos.
“Para mí nunca ha sido mecánico escribir (...), siempre me vuelco de una manera íntegra, total, en lo que trabajo”, dijo.
En la entrevista, el literato también dedicó unas palabras a su amiga y editora Carmen Balcells, fallecida recientemente, a quien calificó de “fundamental” en su trabajo, en su vocación y en “la vida cultural y literaria” de España y de América Latina.
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