Myriam Hernández, la baladista de América, reina de la lágrima y soberana de las canciones de amor y despecho, no está dispuesta a dejarse avasallar ante el actual fenómeno de la música urbana. Para la intérprete de clásicos como “Peligroso amor” y “Mío”, su principal arma para combatir en una guerra un tanto desigual es apelar al sentimiento.
Ella apuesta por conquistar siempre a un corazón enamorado, los que hoy cantan los ritmos de moda apelan al baile y lo explícito. Sin embargo, la artista chilena tampoco es de aquellas que da la espalda a las nuevas tendencias. Sabe que hay que adaptarse o, de lo contrario, corre el riesgo de ser olvidada.
“Uno tiene que ir adecuándose a los cambios, en mi caso no me ha sido difícil, me he ido adaptando perfectamente. Soy bastante activa en las redes sociales y en todo ese tipo de plataformas en las que hoy se difunde la música; mis hijos me ayudan mucho a estar al día. Obviamente, hoy es totalmente distinto a lo que era antes la industria”.
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Y ya que hablamos de tus hijos, fue tu primogénito el que grabó el video de “Amorfada”, un tema de Bad Bunny, del que hiciste tu propia versión, ¿Cómo salió eso? Ese video tiene un porqué. Yo quería demostrar que esa canción en particular de Bad Bunny era una balada, porque si uno la analiza es una canción muy romántica en su primera parte, después obviamente se incluye el rap. Hay canciones que me gustan de este tipo de género y de esta en particular me encantaba porque me suena a balada. Por eso quise hacerla, le di una respuesta a lo que dice la canción original, cuya letra dice que no quiere que le hablen de amor. Mi hijo me dijo: “Quién mejor que tú, mamá, la baladista de América, para que le hable de amor”. Hicimos ese juego, le respondí cambiando la letra y quedó muy bonito...
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Tus canciones se siguen escuchando, cantando. ¿Crees que ya son clásicos del género romántico? Para mí lo clásico es lo que permanece en el tiempo, el amor por ejemplo, para mí no es una moda, es un sentimiento que va a acompañarnos en este siglo, en el que pasó y en el que vendrá. No sé si las canciones de hoy van a ser las que permanezcan en el tiempo.
Y peor hoy, que pareciera que los temas que se lanzan duran un par de meses y rápidamente son reemplazados por otros... Es verdad. Hoy, un éxito se hace bastante más rápido y también con la misma tendencia aparece otro y todo por las plataformas. Además, es la única canción que suben los cantantes y grupos y la única que tienen la oportunidad de promocionar. Están subiendo canciones muchos artistas a la vez y, por eso, es un poquito difícil saber cuáles son los éxitos verdaderos.
En estos tiempos la mujer está más empoderada, habla de muchas cosas, denuncia. ¿Cómo ves esta nueva época para la mujer? Primero que todo me alegro que haya avances, que la mujer hoy en día se atreva a hablar de sus derechos, a marchar y a luchar por lo que nos corresponde; siento que la mujer esté empoderada, pero falta aún mucho por hacer. En lo particular, traté de llevar mi carrera siempre de la mano de mi familia, es decir, hice todo lo posible para que nada influyera negativamente en mi vida personal. Prioricé a mi familia antes que mi carrera, no fue una tarea fácil, pero pude hacerla. Es motivo de orgullo poder tener mi familia, ser mamá, esposa y poder estar con mi público.
¿Imaginaste que ibas a tener una carrera de más de tres décadas de trayectoria? Cuando pequeña, lo único que quería era cumplir ese sueño de ser una artista, de poder entregar un mensaje de amor al público, a todo un continente. Nunca pensé cuántos años duraría mi carrera, pero sí en lo que quería convertirme. Ojalá sean muchos años más; yo quiero seguir ilusionándome porque creo que cuando uno menos lo piensa, llegan a cumplirse sueños que probablemente uno creía que no iban a suceder.
¿Cómo cuáles? Por ejemplo, lo que me sucedió el año pasado. Yo siempre tuve el sueño de cantar en Europa y pensaba que no se iba a concretar y me llega una invitación para una gira que tocaría Barcelona, Madrid, Milán y Estocolmo. Eso me reafirma que uno nunca debe dejar de soñar y luchar por lo que quiere.
¿Y a todas esas soñadoras que quieren cantar música romántica, qué les aconsejas? Que sigan, que se atrevan. Creo que hoy es mucho más transgresor atreverse a cantar baladas románticas en un mundo donde suenan solo ritmos urbanos.