Pietro Sibille: El hombre del subsuelo
Pietro Sibille: El hombre del subsuelo

Cansado de la corrupción, un funcionario (Pietro Sibille) renuncia a su trabajo. Se refugia en un cuarto y lanza desde allí sus ataques moralistas contra el mundo. Un día, víctima de una tortuosa soledad, recordará la noche en que peleó con un militar, su reunión con excompañeros de colegio y su encuentro con una prostituta, sucesos que definieron su personalidad y lo llevaron a despreciar el mundo exterior.

El hombre del subsuelo, obra dirigida por Josué Méndez y Gonzalo Rodríguez Risco, basada en la novela Memorias del subsuelo del ruso Fedor Dostoievski, es protagonizada por el talentoso actor de cine, teatro y televisión Pietro Sibille, quien nos cuenta por qué esta historia se asemeja mucho a su vida.

¿Has sentido que eres parecido a este personaje?

Somos a la vez distintos y tenemos cosas en común. Siempre que hago un personaje lo hago lo más mío posible. Es pretencioso querer convertirse en el personaje como está escrito. Cojo al personaje y lo meto dentro de mí.

¿Qué sale?

El personaje del papel tiene que acomodarse a mi pellejo. Imagino cómo sería el personaje si él hubiera nacido en mi cuerpo, con mi voz. No tengo la misma soledad del personaje. Es extremo. Creo que soy una persona solitaria, antisocial. También me identifico con el discurso de que las personas no buscan su bienestar, sino que por su propia naturaleza quieren hacer lo que no les conviene. Puede haber un placer en hacer cosas que no les conviene.

Placer, ¿en qué sentido?

En el dolor físico, emocional. Hay una parte en la que él muestra un aire contemporáneo. Publica un post en Facebook diciendo: "Hay que sufrir, sigamos sufriendo". Eso es un excelente ejemplo de cómo la gente siente placer por hacer público su dolor. También hay placer en hacer lo contrario. Eso lo hace sentir libre, que tiene voluntad propia y no sigue las reglas establecidas. No hay nada más importante que el capricho humano, según mi personaje.

¿Te gusta la soledad?

Sí. Me gusta ser más antisocial que social. Es algo natural en mí. Es difícil relacionarme con la gente, pero no puedo vivir aislado del mundo, también necesito afecto, la compañía de alguien. Sí, no voy a negar que hay un confort que he creado en mi soledad y marginalidad. No quiero pertenecer a ciertos círculos, por ejemplo, al de la farándula. Quiero ser un actor serio. No tener nada que ver con "seudoactores" que salen en la tele, periódicos, con el fin de figurar. Me siento diferente y me gusta ser diferente.

¿Por qué te cuesta tanto entablar una conversación?

Por inseguridad, timidez. Hasta ahora soy una persona tímida. El hecho de que sea desvergonzado, insolente, intruso, no quiere decir que no sea tímido. No me siento cómodo en una reunión, me cuesta mucho, sudo; salvo que sean mis amigos. Disfruto y valoro mi soledad. Hay dudas, conflictos internos que están ahí latentes. Todavía tengo muchos monstruos ahí, están enmarrocados, encarcelados; a veces logran librarse de las cadenas, tengo desajustes, pero procuro que no suceda.

¿Me imagino que controlar aquello es complicado?

Ha sido un trabajo, un proceso tortuoso, dificilísimo, de muchos años. Desde que tengo uso de razón, me recuerdo un chico triste, atormentado.

¿Es un problema genético?

Sí, genético. Tiene que ver con cosas que he vivido en mi infancia.

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