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Hablar del amor es hablar de Los Iracundos y hablar de Los Iracundos es hablar del legendario Eduardo Franco. Su voz se apagó hace casi 30 años pero quedó inmortalizado en Antonio Branco, rebautizado como Antonio Franco en homenaje al primero. Su voz, aunque sea difícil de aceptarlo, maneja la singularidad del extinto líder de la desaparecida banda uruguaya.
Franco, en la previa de su presentación hoy en el Teatro Municipal de Tacna, se dio su tiempo para conversar con Correo acerca del amor y por supuesto de Eduardo Franco y sus legendarios “Iracundos”.
¿Existen los Iracundos? Nadie es Los Iracundos hoy en día, no pueden existir porque ya murieron la mayoría de sus principales integrantes, y los que viven no pueden cantar porque ya están retirados, tienen mayoría de edad.
En mi caso, camino con la verdad adelante, no me gusta engañar a nadie. En cada espectáculo siempre entrego lo mejor de los Iracundos. Tal vez somos el mejor tributo a Los Iracundos en América, y nada más, ya no pueden existir Los Iracundos. Todas las bandas que vengan detrás solo somos tributos.
Sin embargo, tratan de llevar su esencia... Cuando me veas cantar, sacarás tus conclusiones. De algún lugar del cielo sé que está Eduardo para que siempre nos salga bonito porque esto es para él.
¿Con qué canción Los Iracundos enamoraban más? Los Iracundos hicieron muchas canciones al amor, “Te espero en el bar”, “Chiquilina”, “Infidelidad”. Casi todas las canciones estaba hechas en base al amor. Eduardo era romántico, en ese tiempo la gente era romántica, el público era romántico. Hoy en día está muy díficil, porque la gente ya no es romántica, hoy o son cumbieros o son reguetonero, ahí va la gente, la juventud de ahora no es como la de antes, pero yo sé que el amor aún existe.
¿Qué tema recomienda para la reconciliación entre las parejas? Podría ser: “Si lloras por mí será porque me quieres, si lloras por mí, si sufres así será porque me extrañas. Recuerda tal vez, las cosas que han pasado”, como esa hay miles. Canciones son bonitas, también está “El regalo”. Eduardo, casi todas las hizo, en sufrimiento de él, sufrió mucho la soledad, nunca pasaba en su casa, no vio crecer a su hijo, es triste. Cuando uno está en el escenario está lleno de aplausos, todos sonrien; pero cuando se baja el telón, ahí uno ve la soledad. La vida no es así como uno se imagina.
Otros géneros están apagado la música romántica, ¿Cree que poco a poco los estén matando? Todos piensan eso, pero no es así. Insisto en que nosotros no somos los Iracundos, somos un tributo. Empezando, no soy uruguayo. Somos un tributo, sabe que hay 36 Iracundos en el mundo, que se hacen pasar por Los Iracundos, y jamás uno de ellos es de Sudamérica. Entonces eso hay que dejarlo al público, a la gente que nos escucha y nos ve.
Dar lo mejor de si para recobrar el romanticismo perdido... Es volver a poner a la música en su lugar. He pensado sacar un disco y lanzarla en algunas capitales de los países, no diré que es mía, la gente se encargará de decir que les pareció. Algún día diré que no es Eduardo sino que es Antonio. Yo estoy ayudando a que se mantenga la imagen de Los Iracundos a través del tiempo. La gente me dice, Eduardo no esta muerto y me lloran. Es increíble. Esa es mi misión en este mundo por Eduardo, mantener viva la imagen de Los Iracundos. Es mérito de Eduardo.
Al final la gente les dirá si realmente son los verdaderos exponentes de Los Iracundos... Mañana estaremos en el Teatro Municipal, y la gente dirá que les pareció, ahí les aclararé de donde soy. En serio, la gente y yo los digo, "No somos de aquí, ni somos de allá, todos nos preguntan, del Uruguay ni de Argentina, somos de América, somos de América, lugar de Dios, lugar del Sol, lugar del amor...”, de donde soy, pues de América. Solo transmitimos lo que a ellos tanto les costó. Nosotros estamos fuertes, nuestra misión va cumplir cuando estemos viejos.