Los fieles seguidores de la exitosa telenovela “Maricucha” vienen siendo testigos del cambio que ha experimentado Paulo en la historia, el personaje que interpreta Sebastián Monteghirfo. De ser un desenfadado integrante de los Corbacho, interesado solo en pasarla bien con el mínimo esfuerzo, hoy se ha convertido en un auténtico villano capaz de todo para conseguir sus objetivos.
“De hecho, cada vez que un personaje da un giro, es un reto nuevo para el actor, de cómo lo interpretas”, dice a Correo, el popular artista. “Pero también sabemos que es un trabajo en conjunto, tenemos directores que nos van marcando la línea por donde ir, Michelle (productora general) supervisa desde arriba todo y también eventualmente me ha mandado unos mensajes para decirme sobre los nuevos cambios que iba a tener el personaje. Paulo ahora presume de esa oscuridad y malicia que quiere que no sea tan evidente, sino más bien la oculta, es manipulador, utiliza su inteligencia para cosas malas”, agrega.
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Si bien “Maricucha” está pegada a la comedia, eso no quiere decir que personajes oscuros como el tuyo también tengan cabida.
La comedia siempre va a jalar más porque al público peruano le gusta mucho, vivimos tantas tragedias como país que creo que la comedia es un gran elemento para disipar al espectador de la realidad. Pero a pesar del género televisivo no dejamos de enviar mensajes a la sociedad con personajes como Paulo, que son muy inteligentes, están bien vestidos, manejan un carro de lujo, pero eso no significa que sea una buena persona.
La ambición por el dinero y el poder corrompe a muchos...
Creo que es la debacle del ser humano y eso no va a cambiar, la ambición existe desde los inicios de la civilización y es lamentablemente el talón de Aquiles de muchos y que solo ha servido para destruir al mundo. En casa de los Corbacho existe esa ambición por el dinero, y eso es lo que termina deteriorando a la familia.
Lo que sí es positivo y gratificante es el éxito que tiene la telenovela...
Muchas veces, saber si una propuesta tendrá el respaldo del público es un misterio, lo único que sé es que tenemos un elenco muy paja, muy cohesionado. Desde que nos encontramos la primera vez para las fotos y luego trabajando, nos dimos cuenta que nos divertimos tanto frente y detrás de cámaras y eso traspasó la pantalla.
Desde que te iniciaste en la actuación has tenido una carrera sostenida y con muy buenos proyectos.
Considero que he tenido muchísima suerte, desde que terminé mi tercer nivel del taller de actuación con Roberto Ángeles. El cuarto nivel es cuando él te llama para un montaje profesional y hay gente que espera años y yo tuve la suerte de que apenas salí, al año siguiente, Eduardo Adrianzén escribió “Respira”, y justo calzaba un personaje para mí. Consideró que he tenido golpes de suerte por los que he podido estar en el momento preciso en el que he tenido que estar. Pero también he pasado momentos en mi vida en donde no he tenido trabajo, ni como llegar al mes o cómo pagar el nido de mi hijo, la carrera artística es bastante difícil por la inestabilidad.
En el cine debutaste con el pie derecho en ‘El evangelio de la carne’.
Claro, y ahí vuelvo a lo mismo, creo que tuve suerte. Diego Lombardi me llamaba para el casting y yo estaba pasando por un momento muy difícil de mi vida, no quería salir de mi casa por lo deprimido que estaba y Diego me repetía: “Por favor, ven a hacer el casting” . Y en un momento me atreví a hacerlo por la amistad que tenía con él, llegó y soy el elegido. Mira cuál fue mi primera película, para mí, sin duda en el top cinco de las mejores películas peruanas de la historia.
Lo importante en el cine, teatro y televisión es ir generando industria y no detenernos en polémicas absurdas sobre qué contenido nos representa o cuál no.
Hay que celebrar que se haga industria que nos haga crecer como país y como sociedad. Siempre dentro de una película, telenovela o alguna obra de teatro podremos cambiarle la vida a alguien con un texto y si nos vamos a cuestionar por cosas banales no llegamos a nada. Mejor vamos a subirnos al coche y poner gasolina para que todos podamos avanzar.