Sonia Rodríguez ha vuelto al escenario. El último lunes, en el Teatro UPAO, presentó “Tito Andrónico”, la obra trágica de William Shakespeare. Ella fue la hermana de “Tito”.
VER MÁS: Festival de Teatro de Trujillo presenta cinco obras
Lo primero que tendría que preguntarle es qué ha sido de la vida de Sonia Rodríguez.
La vida de Sonia Rodríguez está enfocada también en hacer presentaciones como la de esta semana. El año pasado estrenamos aquí, en el mismo escenario, “La Chunga”, de Mario Vargas Llosa. Este año hemos presentado “Tito Andrónico”, pero seguimos con los rituales mochicas, que es una puesta en escena que revaloriza nuestra historia.
Creo, y me incluyo, que gran parte de la población la recuerda por estas escenificaciones que tienen que ver con nuestro pasado ¿Cree usted que es así?
Marqué una línea muy importante en el teatro trujillano con representaciones como, entre otros, “La gesta del guerrero moche”, una obra basada en investigaciones y que nos permitió conocer más sobre los rituales practicados en la huaca de la Luna. Siempre me pareció súper interesante ir por esa línea histórica y nunca voy a dejar de hacerlo. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando con Régulo Franco un proyecto sobre las mujeres mochicas.
¿Le gusta entonces que la gente la identifique así?
Me gusta que la gente me identifique como actriz [risas]. Lo mío es la actuación, aunque hoy ocupo también cargos académicos que me permiten estar en constante relación con los futuros actores de Trujillo y estar inmersa en su formación. Eso, para mí, es muy importante.
¿Hay espacio entonces para una nueva generación de actores trujillanos?
En esta obra, “Tito Andrónico”, he invitado a actores profesionales, a tres chicos que están en formación en la escuela [de teatro] y a un grupo que proviene de otros lados. Lo importante es que hay una generación muy diversa. Gente con experiencia como Jim Pflücker, Sonia Rodríguez, Yusepi Díaz y Marco Miranda, y chicos que están recién iniciándose. Yo quería hacer esa amalgama, pues uno siempre está aprendiendo y de los jóvenes también se aprende.
PUEDE LEER: Retratos y semblanzas del Grupo Norte
¿Qué le dejó “Tito Andrónico”?
Una sensación muy particular, momentos muy emotivos. La puesta en escena corrió a la par de los desastres naturales; los ensayos no fueron tan normales. Han sido a veces con lluvias, caminando tramos largos porque no había transporte. Creo que cada actor ha vivido la obra desde su trinchera. Tengo la sensación de que el público ha quedado muy conmovido y lo importante es eso.
¿Cómo ha sido este reencuentro con la gente?
Han sido años muy duros también por la pandemia. Sí, ha sido duro. Yo perdí a dos hermanas muy seguido [hace una pausa y cierra los ojos] y tampoco tengo a mis padres. Trato de que esa ausencia me dé mucha más energía, más fortaleza. El vacío nunca lo vas a cubrir, pero...
¿Hay que seguir subiendo el telón y no parar?
El teatro es lo que me mantiene en pie. La pandemia ha sido muy dura para todos. Cada uno tiene su propio dolor, su propia historia, y volver a este escenario hay sido muy energético, muy revitalizador.
¿Qué representa para el actor local el Festival de Teatro de Trujillo?
Es un espacio mágico, hermosísimo. Dignifica al actor, pues desde la puerta te encuentras con una amabilidad única y con intalaciones modernas, pulcras. Te hacen sentir bien. Es un teatro único en el norte del país y que da la oportunidad de mostrar tu trabajo.