Victoria Villalobos: “He homenajeado a papá en vida... Estoy tranquila”
Victoria Villalobos: “He homenajeado a papá en vida... Estoy tranquila”

Luego de veinte años de estudiar en el extranjero, la cantante criolla Victoria Villalobos regresó hace un par de años a nuestro país para desarrollar una producción discográfica en homenaje a su padre, el compositor José Alberto Villalobos, la cual titula Mi raíz.

“Él cuenta sus historias de seducción, de amores platónicos, que para un hijo no es tan fácil aceptarlo, pese a que soy adulta. Dejé al hombre de lado y me enfoqué en el artista”, señala Villalobos sobre el proceso de investigación que realizó de la música de su padre, de 84 años, llamado también “El rey del festejo” por sus creaciones El Negrito Chinchiví, Cintura Quebrá, La Carimba, entre otras.

En Mi raíz, Victoria interpreta las mejores composiciones de su padre. De esa experiencia ella nos habló en esta entrevista.

¿En qué aspectos artísticos coinciden tu papá y tú?

En la voz. Me miro en el espejo, veo los gestos, es impresionante cómo abro la boca, cómo fraseo y cómo respiro. Lo he aprendido de él, pese a que es una persona empírica. Entiendo por qué me dicen que soy tan parecida a él.

¿Había la necesidad de rescatar tus raíces?

Mi raíz estaba ahí. En esta producción no solo hablo de raíz musical, sino de identidad, de mi gente, de mi pueblo, de todo lo que me ha rodeado. Es una vanidad decir que era necesario rescatar. Quería refrescar, dar un concepto diferente de lo que se grabó en los años setenta y traerlo al siglo XXI con otros arreglos.

¿Cómo reaccionó tu padre una vez que le entregaste el disco?

Mi padre estuvo en todo el proceso, lo invité a grabar un tema, un pregón. Siempre me preguntaba en qué etapa estaba el disco. Le iba mostrando y le decía: “Ya falta un poquito para la Navidad, ya va a llegar tu juguete”. Cuando le entregué el disco, no sabía qué hacer. Dijo que agradece a la vida, a Dios, tener esto. Que no imaginaba escuchar la voz de su hija cantando su música. Él dice que ya se puede ir en cualquier instante, no hay nada más que le pueda pedir a la vida. Yo también tengo paz. Si me mandan a cantar rap, puedo hacerlo; tengo la tranquilidad de haberle dado un homenaje en vida a mi padre. La tranquilidad de un artista viene con la paz interior; si no, no se puede dar música. Lo que tú das es la luz de tu alma; esa luz está en tus ojos, en tu voz.

¿Una buena interpretación te la dan los estudios académicos o la capacidad innata?

La esencia, también la vida, la calle, los estudios. Si no tienes eso, tienes que buscar, investigar. Me acuerdo que la primera vez que canté fue a los 22 años con la Orquesta Sinfónica Nacional en la Concha Acústica. Lo canté bien bonito, pero sin dramatismo. La interpretación viene con la experiencia, los golpes, la felicidad.

Respecto al debate que se ha abierto en la música criolla entre quienes afirman que el género está muriendo y los que lo niegan, ¿qué piensas tú?

Todo en la música es cíclico. La música costeña, criolla, está pasando una crisis. No hay gente que componga. Sí hay gente joven, pero están cantando como los grandes. Una niña de 14 años no va a cantar como Jesús Vásquez o Cecilia Bracamonte o Lucila Campos o Lucha Reyes. Imposible. También se debe incitar a todo el mundo a que escriba. Necesitamos urgentemente compositores en la música andina, costera, selvática. Que las composiciones no hablen de la Lima del siglo XVIII o el siglo XIX, sino de la Lima de ahora. Que un vals diga “estoy chateando por WhatsApp o Facebook” o de lo que pasa en la combi, los robos; cosas más urbanas. No se puede hablar de la Lima de los faroles, de las tapadas, de los balcones. Ya pasó. Lo hicieron bien, tenemos que aportar otra cosa.

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