Es viernes, son casi las diez de la noche y en el Morro Solar de Chorrillos la música lo inunda todo. Las rumbas vienen de un auto en el que un grupo de personas celebra el inicio del fin de semana a todo volumen. Eufóricos, felices, no sospechan lo que tres hombres apasionados de lo paranormal han venido a buscar en este mismo lugar. Gustavo Rodríguez (31), ingeniero agrícola e investigador histórico, Gustavo Chumbes (37), ingeniero electrónico e investigador técnico, y Pedro Noguchi (49), comunicador audiovisual y fundador del grupo Dharma, han llegado hasta aquí para hacer contacto con el más allá.

Fundado en 2007, el grupo Dharma recorre el país en busca de almas que puedan revelarles algo sobre lo que existe después de la muerte. Desde 2010 su misión es toparse con los caídos durante la Guerra del Pacífico, hace 135 años. Aquellos combatientes liquidados que, según estos expertos 'cazafantasmas', continúan una batalla campal desde el más allá por el terreno en donde yacía el cañón de 500 libras Rodman, encargado de custodiar el mar peruano. Aquí, aseguran los investigadores, las manifestaciones de sus espíritus pueden captarse a través de artefactos tecnológicos que son capaces de registrarlos en audios.

Pedro, el más veterano y con más chispa, es el primero en bajar del auto. Enciende un cigarrillo, el primero de muchos de esta noche, y se alista para instalar los equipos con los que él y los "Gustavos", como los llama, realizarán el trabajo de campo. Los fiesteros del otro auto empiezan a ignorar la música y a observarlos con curiosidad. Sospechan que van a grabarlos y comienzan a alejarse. Ignoran por completo que estos hombres no vienen a buscar vivos, sino muertos. Para ello han traído consigo todo su equipo: una cámara de espectro completo -que capta imágenes fijas que se encuentran en los rangos infrarrojo y ultravioleta-, una cámara térmica -que visualiza el calor corporal -, un Spirit Box para registrar sonidos, una grabadora digital y un sensor de campo electromagnético. "Este es un trabajo como cualquier otro", afirma Chumbes, señalando que la única particularidad de la labor de su grupo es que frecuentan lugares que otros no pisarían.

Poco les importa a estos 'cazafantasmas' que haya personas que menosprecien su trabajo o que finalmente no lo reconozcan del todo como un oficio serio, pese a sus títulos y estudios. Ellos continúan con su misión, la misma que se impusieron hace siete años: establecer contacto con almas para ayudarlas a comunicarse. "Nosotros no perturbamos a las almas porque no hacemos rituales como los chamanes, hacemos investigación", enfatiza Noguchi, para luego detallar el plan de esta noche. "Acá la paciencia es muy importante", advierte Rodríguez, explicando que pueden pasar horas sin escuchar nada o de pronto conseguir el audio deseado en menos de lo que uno espera. Fotos: Johanna Valcárcel

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