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El próximo 17 de junio la cadena BBC presentará el documental 'The Girl Who Talked to Dolphins', una historia que narra la historia del delfín llamado Peter y de Margaret Lovatt, la mujer que convivió con él a diario como parte de un experimento que terminó con un desenlace trágico.

Todo inició cuando Lovatt decidió integrarse al proyecto que buscaba que los delfines aprendan el lenguaje humano, para ello se trabajó con tres cetáceos (un macho y dos hembras) en cautiverio ubicado en una zona ubicada en St Thomas, isla principal de las Islas Vírgenes.

Según The Guardian, la investigación contaba con el apoyo económico de la Nasa y fue encabezado por el neurocientífico John Lilly. A Margaret Lovatt se le puso a cargo de Peter. Los otros dos delfines se llaman Pamela y Sissy.

Para 1965, Lovatt comienza su convivencia de 24 horas al día con Peter en un recinto especial. "Estaba muy, muy interesado en mi anatomía. Si yo estaba sentada aquí y mis piernas estaban en el agua, él venía y miraba en la parte posterior de la rodilla por mucho tiempo", dijo.

Ya iniciadas las clases, la investigadora sabía que los delfines son animales que tienen urgencias sexuales, y por ello decidió llevarlo con las otras dos hembras, pero el traslado comenzó a ser un obstáculo para continuar con su comunicación, por lo que decide masturbar al animal para no arruinar el experimento.

Este episodio generó un escándalo al ser publicada por la revista pornográfica Hustler con el artículo 'Sexo entre especies: Humanos y delfines'. Pese al incidente, el proyecto continuó pero no por mucho tiempo.

Para 1966, el neurocientífico fue perdiendo el interés en su experimento, y más su actitud arrogante provocó ahuyentar a su personal y que se le terminara el financiamiento. Esto provocó que los delfines sean trasladados a unos pequeños tanques en Miami.

Una vez en el laboratorio, la salud Peter se deterioró rápidamente, y después de unas semanas Margaret recibió la noticia de que "el animal se había suicidado".

Según un veterinario, Andy Williamson, sostiene que la muerte de Peter se atribuye a "un corazón roto", provocada por la separación con Lovatt, que nunca comprendió.

"Margaret podía racionalizarlo, pero cuando se fue, ¿pudo Peter? He aquí que el amor de su vida se ha ido", explica el profesional.

Además se conoce que los delfines no respiran de manera automática como el ser humano, es decir cada toma de aire es un esfuerzo consciente. Si la vida se le hace insoportable, toma un respiro y se hunde.

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